—¡Lu Rao! ¡Este nombre era realmente bonito! La pareja Lu era demasiado buena en concebir. ¡Sus tres hijos eran todos tan sobresalientes! El mayor era un empresario, el segundo un artista y el tercero un campeón de boxeo.
—Chen Shi no esperaba que Qiao Nian se sorprendiera tanto. Sin pensarlo, llamó de inmediato al Tercer Joven Maestro.
—Lo siento, el teléfono al que llama está apagado. ¡Por favor, intente de nuevo más tarde! —dijo una voz automatizada.
—Chen Shi frunció el ceño. Parecía que el Tercer Joven Maestro ya había tomado un avión de regreso a Ciudad de An. No podía contactarlo ahora.
—En ese momento, Chen Shi sintió una sensación de impotencia. Si no fuera por el Tercer Joven Maestro, no habría conocido el poder de la familia Lu, y mucho menos cómo salvar al Eldest Joven Maestro.
—Qiao Nian se recuperó rápidamente de su shock. Sacó su teléfono y realizó una llamada sin dudarlo.
—¿Hola? —sonó una voz perezosa del hombre a través del teléfono.
