Gao Lin miró ferozmente a sus compañeros de clase y luego miró a Xia Xue con incredulidad. Nunca había esperado que Xia Xue tocara tan mal.
—¿Acaso Xia Xue no quería tocar Desaparecido? —Había malentendido.
En ese momento, Xia Xue estaba en un abismo de sufrimiento.
En aquel entonces, ella no quería tocar el violín, porque no era buena en eso para empezar. No importaba lo bien que tocara el violín, era nada comparado con el de Qiao Nian.
Sin embargo, Xia Xue había sido forzada a tocar el violín por Gao Lin. Estaba bajo mucha presión, y ahora, escuchaba a sus compañeros de clase señalándola con el dedo. Su mente estaba hecha un lio.
Xia Xue trataba de mantener la calma desesperadamente. Todavía quería tocar bien esta canción.
Alguien en la multitud dijo:
—¿Por qué pienso que Qiao Nian sería más adecuada para ser la música de señor Dong Hua?
Cuando Xia Xue escuchó esto, su mente explotó. De repente, su mano tembló, y el violín emitió un sonido penetrante.
