Fang Yuan no había anticipado que la violinista francesa a la cual había dedicado medio mes de energía instruyendo produjera una interpretación tan desagradable de la melodía que le había enseñado. Últimamente, había estado reflexionando sobre el origen de esta violinista, que mostraba un desempeño tan mediocre.
—¿La conoces? —preguntó Bo Yi a Fang Yuan mientras observaba a la violinista.
Fang Yuan sonrió con sorna. —¿Quién no conoce a la famosa violinista Siya Wintour?
Siya parecía desconcertada y rápidamente habló en chino:
—No, no, estás exagerando. Últimamente no he estado practicando el guzheng con diligencia. Me disculpo si mi actuación te ha dejado insatisfecho.
—Eres libre de irte —dijo Bo Yi, ajeno a la tensión subyacente, sostuvo la mano de Fang Yuan sin soltarla.