En ese momento, Lu Chen regresó del baño. Al entrar a la sala privada, varias chicas lo rodearon.
—Debes ser el prometido de Jiayi. ¡Permíteme brindar contigo!
—Contamos contigo para cuidar bien de Jiayi en el futuro. Aquí tienes un brindis por ti.
Lu Chen estaba preocupado por la situación de Fang Yuan, pero aún así mantuvo su comportamiento de caballero. No rechazó a nadie y aceptó cada copa con gracia.
Por supuesto, Fang Jiayi era consciente de que estas chicas intentaban acercarse a Lu Chen, pero también sabía que, dada la procedencia familiar de Lu Chen, este no tendría interés en ellas. Por lo tanto, charló abiertamente con los demás y no se lo tomó en serio.
Después de un tiempo, la puerta de la sala privada se abrió repentinamente y un joven travieso entró con algunos acompañantes.
—¡Oh, es Hermano Hao! —Li Shan lo reconoció y de inmediato colocó una botella de licor frente a Xu Hao—. Llegas tarde. Tienes que ser penalizado con una botella.
