Al escuchar la palabra prometido, Wang Ning se quedó completamente atónito, con su expresión congelada en shock. Era Bo Yi quien era el prometido de la Presidenta Fang. No es de extrañar que la Presidenta Fang se condujera con tal autoridad; tenía un formidable apoyo a su lado. No solo tenía poder dentro de la compañía, sino que parecía que también podía ejercer influencia en todo el mundo.
Una leve sonrisa adornó los labios de Bo Yi mientras respondía —Gracias por tus halagos anteriores.
Wang Ning no había anticipado elogiar a Bo Yi inadvertidamente. Afortunadamente, no había dicho nada inapropiado; de lo contrario, su vida podría haber tomado un giro desastroso.