Incluso si Tang Qing ganara una competencia contra el último lugar, tampoco se sentiría bien.
Antes de esto, Tang Qing ya había preguntado por ello a otras personas. Si los recién llegados podían desafiar a los miembros del top 100, podrían entrar al salón de aplicación de la ley. Los demás serían enviados aleatoriamente ya sea al salón de adquisiciones o al salón de comercio exterior.
Entre ellos, el salón de aplicación de la ley tenía el mejor bienestar y la mayor fuerza. Incluso recibían orientación frecuente de Cheng Shui.
Sin embargo, en la sala de información, mientras sus habilidades informáticas fueran buenas, no había tal requisito para la etapa del desafío.
Tang Qing no esperaba que Qin Ran estuviera en el último lugar.
Aunque un poco decepcionada, no tenía la intención de cambiar sus planes.
—Señor Cheng Shui, he decidido —se giró hacia Cheng Shui.
Él asintió. —¿Quién es?
Tang Qing se rió y dijo:
—421.
