Gu Dai tomó suavemente un pañuelo y secó las lágrimas de los ojos de Xu Huan, hablando suavemente —Abuela, por favor, no llores.
Xu Huan inclinó ligeramente su cabeza hacia atrás, conteniendo sus lágrimas, y dijo —Está bien, no lloraré, no lloraré.
Después de calmarse, miró a Gu Dai con ansias y preguntó —Daidai, ¿puedes llevarme a encontrarlo?
Gu Dai apretó los labios, pensando en el odio que el Padre Su mantenía hacia la familia Gu, sintiéndose un poco hesitant.
Después de todo, todavía tenía algunas dudas. Si solo fue una cuestión de perderse, entonces ¿por qué odiaba tanto a la familia Gu? Y aunque Su Ci mencionó que el Padre Su era el hijo de Xu Huan, la Abuela ahora afirmaba que era el hijo de una amiga.
Dudó un momento antes de asentir —Está bien, pero no ahora mismo. Tendremos que esperar un poco.
Aunque Xu Huan estaba ansiosa, respondió —Está bien.
Tomando un respiro profundo, Gu Dai entonces preguntó —Abuela, ¿ese hombre no es tu hijo?
