Lin Chen pareció preocupado y dijo con un dejo de culpa —Suisui, todo esto es mi culpa. Si no hubiera insistido en hacer el banquete de cumpleaños de Aad en tu casa, no estarías tan cansada.
Wang Sui movió suavemente la cabeza, indicando que estaba bien, y luego añadió preocupada —No digas eso. Aad se enojaría definitivamente si escuchara esto.
Lin Chen resopló fríamente —Esa niña siempre ha sido irreflexiva. ¡No hay necesidad de preocuparse por su opinión!
Una sonrisa surgió en las comisuras de la boca de Wang Sui mientras miraba provocativamente hacia Aad.
Aad estaba perdida en sus pensamientos, recordando continuamente los sentimientos que Su Ting había descrito, sin tiempo para prestar atención a Wang Sui y Lin Chen.
Al no encontrar interés, Wang Sui retiró su mirada. Una vez que los visitantes habían dejado su hogar, sacó ansiosamente su teléfono y escuchó una y otra vez la voz mecánica, su sonrisa volviéndose más dulce por segundos.
