—Al escuchar que Su Ting había establecido una empresa solo para estar más cerca de Gu Dai, Chu Min estaba tan asombrado que se le quedó la boca abierta de la impresión.
Le tomó un rato recuperar la compostura.
—Jefa, siempre pensé que nadie en este mundo era digno de ti, pero ahora, veo a Su Ting como un verdadero igual. Apoyo que estén juntos —finalmente dijo.
Después de soltar esta declaración, rápidamente agregó:
— Claro, si Su Ting te trata mal en el futuro, no se la dejaré pasar fácilmente.
—Está bien —se rió suavemente como respuesta Gu Dai.
Después de colgar el teléfono, Chu Min suspiró profundamente.
—Si solo mi hermano mayor tuviera ese espíritu, seguramente podría casarse con la jefa y convertirse en mi cuñada. Lamentablemente, sigue siendo solo una fantasía.
El pensamiento de las tácticas despreciables empleadas por la Organización X llenó a Gu Dai de preocupación.
