Después de formular su pregunta, Song Ling ya tenía una respuesta en su corazón.
—Lo hice yo —dijo Gu Dai dando un paso adelante.
—¿Lo hiciste hoy? —preguntó Song Ling.
—Sí —asintió Gu Dai.
Inhalando profundamente, Song Ling bajó la cabeza:
—Justo ahora, te has negado a hacer una esencia para mí, diciendo que no haces esencias fácilmente para otros. Sin embargo, antes de eso, habías hecho una para Su Ting. Gu Dai, ¿tienes algo que explicar?
Su Ting tomó la mano de Gu Dai, fijando su mirada en Song Ling.
Al ver a Su Ting y Gu Dai de pie juntos, con una postura defensiva hacia él, Song Ling se sintió aún más disgustado.
Bajó la mirada para ocultar la oscuridad en sus ojos y soltó:
—Gu Dai.
—Dije que no hago esencias fácilmente, pero no dije que nunca las hago —encontró Gu Dai la exigencia de Song Ling desconcertante—. Más precisamente, no quiero hacer una para ti.
Observando a Gu Dai y Su Ting alejarse, Song Ling se cubrió el corazón dolorido con la mano.
