—¿De verdad? —respondió Shi Nuan, con los ojos iluminados.
—¡Por supuesto! —asintió Gu Dai.
En ese momento, el recinto de carreras estalló en caos, seguido por Lin Mo y Xia Yi siendo llevados de urgencia al hospital.
Al ver la sangre en sus frentes, Gu Dai sintió un escalofrío en el corazón—. Nuannuan, tuviste suerte de esquivar a tiempo, o podrías haber sido tú la lesionada.
—Me alegra haber esquivado rápido —dijo Shi Nuan, tocándose el pecho aliviada.
—Nuannuan, ¿cuándo aprendiste a correr? —Gu Dai asintió, luego preguntó con curiosidad.
—Yo... —el rostro de Shi Nuan se tornó ligeramente rojo.
—Está bien, entiendo —suspiró Gu Dai—. Debe tener algo que ver con mi Tercer Hermano.
Shi Nuan giró tímidamente la cabeza, tosiendo levemente por la vergüenza.
—¿De qué están hablando? —Meng Zhi se acercó y no pudo evitar preguntar curiosamente al ver a Gu Dai y Shi Nuan hablando.