Gu Dai caminó hacia Su Ci y expresó su impotencia —Tu visita hizo que los empleados de mi empresa no pudieran concentrarse en su trabajo.
Su Ci se aclaró la garganta, cambiando el tema —Vamos a cenar.
Gu Dai estuvo de acuerdo —Claro.
Los dos llegaron a un auténtico restaurante chino. Al entrar, el aroma de la comida los recibió, disipando instantáneamente la irritación de Gu Dai por los asuntos tendencia en internet.
Su Ci dijo —Ya he pedido los platos. Pruébalos a ver si son de tu gusto.
Gu Dai tomó un pedazo de pescado y lo probó. Asintiendo con satisfacción, dijo —La textura es suave, el adobo es especialmente sabroso. ¡Delicioso!.
Mientras hablaba, sonó su teléfono, y era una llamada de Shi Nuan.
Shi Nuan:
—Daidai, tengo un amigo que posee un complejo de aguas termales. ¿Quieres venir y relajarte, olvidar las cosas desagradables?.
Gu Dai sonrió y respondió —Claro, tendré tiempo más tarde.
Shi Nuan:
—Luego te paso a buscar.