—Jiang Yue se tomó un momento para procesar lo que Song Ling había dicho, claramente no esperaba que él se refiriera a ella como su esposa ya. Después de recuperarse de su sorpresa, respondió tímidamente, ¡Aún no estamos casados!
—Song Ling sonrió cálidamente y le aseguró, Nos casaremos el mes que viene. Ya falta poco.
—La asistente de la tienda, al oír su intercambio, rió apropiadamente y ofreció un comentario afable, Señor y Señorita, su amor es verdaderamente hermoso.
—Un tono rojizo se coló en las mejillas de Jiang Yue y, avergonzada, dio un pisotón, dirigiendo juguetonamente a la asistente de la tienda hacia la sección de vestidos de novia, Vamos, veamos los vestidos de novia.
—Los ojos de Jiang Yue se agrandaron al observar la extensa colección de vestidos de novia, su rostro iluminándose con asombro. En poco tiempo, eligió no menos de diez vestidos, probándose cada uno con entusiasmo y solicitando la opinión de Song Ling.
—Finalmente, surgió llevando el último.
