Gu Ming terminó su llamada con una sonrisa. Eufórico, exclamó —¡Jajaja, todo está listo, Gu Dai finalmente ha caído en mis manos!
Al escuchar las palabras de Gu Ming, Liu Min y Gu Zhi se reunieron alrededor de él —¿Qué pasó, te llamaron Sun Hai o Sun Yang?
Con ansias, Gu Ming agarró el dinero que ya había preparado y respondió impaciente —Exactamente, voy a conseguir el video con este dinero. Entonces podremos usarlo para amenazar a Gu Dai. ¡La fortuna de la familia Gu está a nuestro alcance!
—¡Increíble! Podemos volver a una vida de lujo, comprar ropa y bolsos elegantes, y disfrutar de comidas lujosas! —Liu Min y Gu Zhi rieron juntos, permitiéndose soñar despiertos sobre su futura vida de abundancia, especialmente después de haber soportado un período de pobreza que casi los había llevado a la locura.
Empujado por su emoción, Gu Ming condujo rápidamente al lugar acordado. Al ver a Sun Hai y Sun Yang, preguntó sin demora —¿Dónde está la cámara?