Cuando Gu Dai escuchó al trío, sus ojos finalmente se posaron en Jiang Yue. —Señorita Jiang —dijo con un tono frío—, si siente la necesidad de tener una hermana, le aconsejaría que vaya a su casa y anime a su tía y tío a que le den una, para que no se refiera a los demás arbitrariamente como 'hermana'.
Los penetrantes chillidos de Wang Lan ya habían captado la atención de muchos espectadores. Al escuchar las palabras de Gu Dai, no pudieron contener su risa.
Jiang Yue, escaneando los rostros divertidos a su alrededor, sintió que una nube oscura se asentaba sobre ella. Su mirada se endureció al cruzar la vista con Gu Dai.
Por primera vez, Wang Lan tuvo que enfrentarse a una humillación pública. En su mente, esto era enteramente culpa de Gu Dai y no pudo resistir el impulso de hacerla pedazos.