—El rostro de Song Ling se oscureció mientras miraba fríamente a Jiang Yue, reprimiendo la molestia que hervía en su interior —dijo ligeramente irritado—. Estoy bien.
—Hermano Song Ling, cuando tenga la oportunidad, seguramente tomaré venganza por ti contra Gu Dai y buscaré justicia —insistió Jiang Yue, ansiosa por demostrar su ternura.
—Hermano Song Ling, te cuidaré bien en los próximos días —prometió, tomando la mano de Song Ling suavemente.
Escuchando desde la entrada, Zhao Xuan rodó los ojos con desdén.
Sus palabras anteriores a Gu Dai no fueron totalmente mentiras, solo ligeramente exageradas. Song Ling había estado en mal estado durante los primeros días en el hospital, casi inconsciente.
Jiang Yue había estado preguntando persistentemente por la condición de Song Ling y solo vino a visitar después de saber de su recuperación.
Zhao Xuan se volvía cada vez más cauteloso de la naturaleza maquinadora de Jiang Yue.
