Gu Dai abrió lentamente los ojos, mirando fijamente al techo blanco que tenía encima.
Se sentía débil en general, con la cabeza dando vueltas levemente como si hubiera olvidado algo. Intentó sentarse, apoyándose con las manos en la cama.
Su Ting entró rápidamente en la sala, extendiendo la mano para sostener a Gu Dai, expresando su preocupación:
—Hermana, no te muevas. Descansa un poco más.
Gu Dai se volvió a acostar, confundida, y preguntó:
—¿Qué me pasó?
Su Ting hizo una pausa y luego preguntó:
—¿No te acuerdas?
Después de un momento de reflexión, Gu Dai respondió:
—Solo recuerdo finalizar un trato con Wen He y tomar una copa. Después de eso, mi memoria está en blanco.
Su Ting apretó los labios y respondió:
—Te drogaron.
¿Drogada?
Cogiendo su cabeza, Gu Dai recordó algunos fragmentos vagos en su mente pero no podía discernir los detalles.
¿Quién la podría haber drogado? Seguramente no Wen He?