Li Ying miró a Wei Jia con desprecio, soltando un resoplido frío lleno de burla. —Alguien como tú, simplemente una campesina, nunca podría crear algo valioso. Estás destinada a fracasar en esta ronda de competencia de todos modos, así que ¿por qué no te rindes ahora? Te ahorraría la vergüenza de quedar en último lugar.
Wei Jia lanzó una mirada fugaz a Li Ying, luego volvió a concentrarse en su bordado, sin dejarse afectar por las burlas.
Li Ying, al presenciar la actitud imperturbable de Wei Jia, rodó los ojos irritada.
Había sido el centro de atención toda su vida, pero la indiferencia de Wei Jia, como si no importara en absoluto, la irritaba profundamente.
Li Ying creía que Wei Jia era solo una persona orgullosa pero pobre que, a pesar de parecer indiferente en la superficie, seguramente albergaba una profunda envidia hacia ella en su interior.
Orgullosamente inclinando la cabeza, Li Ying se imaginó como la ganadora indiscutible de la competencia.