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En cuanto al asunto de ayudar a Wen Ye a recuperar la custodia de Gu Yin, Gu Si lo había olvidado hace tiempo.
Justo cuando estaba a punto de irse, Gu Si levantó la vista y se sobresaltó al ver a Song Ling observándola. Apresuradamente, aceleró el paso.
Song Ling, observando cómo se alejaba, lucía una expresión de diversión sombría. Sus ojos estaban llenos de desdén. Solo afecto superficial, pensó.
Gu Dai echó un vistazo al reloj y notó que solo habían pasado diez minutos desde la llegada de Gu Si. En términos de Gu Si, su amor no valía más de diez minutos.
Volviéndose hacia Gu Yin, Gu Dai preguntó suavemente, —Yinyin, ¿te sigue doliendo la cabeza?
—No, ahora solo pica un poco —respondió Gu Yin alegremente—. La enfermera dijo que es señal de curación. ¡Pronto podré salir del hospital!
Gu Dai asintió, sonriendo, —Sí, saldrás pronto. Entonces te llevaré a comer algo rico, comprar ropa...
