Los pensamientos de Gu Si vagaron, difuminando la línea entre la realidad y la imaginación. Su mirada hacia Song Ling se volvía más embobada a cada momento.
Al notar la intensa mirada de Gu Si, el rostro de Song Ling se torció en una expresión de disgusto. Su voz, fría y distante, rompió el hechizo —Hemos llegado. Sal del coche.
Gu Dai también se percató de la penetrante mirada en los ojos de Gu Si. Adivinando sus pensamientos, sintió una especie de sinsentido. Sacudiendo su mirada, fue la primera en salir del auto.
En el hospital, la recuperación de Gu Yin fue rápida y notable, gracias al tratamiento de Gu Dai y un plan de recuperación a medida.
Los doctores, al presenciar su rápida mejora, no podían menos que maravillarse de las habilidades del Doctor Legendario. Se habrían quedado a su lado, de no ser por el temor a perturbar el descanso de la joven.
Al ver a Gu Dai, el rostro de Gu Yin se iluminó, su voz suave y encantadora —¡Prima!
Gu Dai sonrió suavemente en respuesta.