Después de que Gu Dai llamó al personal de servicio, fue a buscar a la persona a cargo. Pronto, el restaurante emitió un mensaje para encontrar a alguien.
Los ojos de Jiang Sui brillaron con lágrimas, aún con el semblante abatido.
Tras meditar un momento, Gu Dai preguntó suavemente:
—¿A Suisui le gusta dibujar?
¿Dibujar?
Jiang Sui asintió con entusiasmo, su voz clara y nítida al responder:
—¡Me gusta!
Gu Dai sacó papel y lápices de su bolsa. —Mientras esperamos a Mamá y Papá, ¿qué tal si dibujamos juntas? —propuso.
Jiang Sui asintió:
—Vale.
Desde que Song Ling se hizo cargo de la familia Song, todos siempre le habían mostrado el máximo respeto. Hoy, sin embargo, fue la primera vez que se sintió tan completamente ignorado.
Song Ling, sintiéndose disgustado, miró los dibujos con una expresión sombría.
Gu Dai no estaba creando ninguna obra maestra sino simplemente dibujaba animales caricaturizados con Jiang Sui.