Shi Nuan presentó una pulsera de oro rosa, adornada con diminutos diamantes que irradiaban un sentido de lujo.
Debajo de la caja de regalo rosa yacía una nota, escrita con una caligrafía exquisita: «¡Feliz cumpleaños a mi mejor amiga Gu Dai. Que siempre seas feliz, te vuelvas cada vez más hermosa y sepas cuánto eres amada, cariño!».
Gu Dai sonrió ligeramente, con un dejo de impotencia en su voz:
—Esta chica... .
Meng Zhi, aparentemente perdido, comentó:
—Este regalo es muy considerado. Y el nombre Shi Nuan me suena familiar; creo que lo he escuchado en algún lugar. .
Gu Dai respondió:
—No solo has escuchado hablar de ella, ¡sino que también la has conocido! .
Recordando el afecto de Shi Nuan hacia Meng Zhi, Gu Dai añadió apresuradamente:
—Shi Nuan es mi amiga íntima. Solía venir a jugar a menudo. ¿La recuerdas? .
Meng Zhi, tras un momento de reflexión, visualizó la imagen de una joven en su mente.
Meng Zhi dijo: