La ansiedad de Lin Sheng se escaló, pero rápidamente recuperó su compostura. Confiando en que Gu Dai no era fácilmente engañado, especuló —Señorita, ¿ya ha pensado en una forma de lidiar con esto?
Gu Dai sacudió la cabeza con honestidad —No he pensado en una contramedida.
Lin Sheng se volvió aun más perplejo.
Gu Dai agregó suavemente —Zhou Ci no está invirtiendo para vengarse en nombre de Song Ling. Conozco su propósito al invertir, y no afecta al proyecto.
La verdad era que la inversión de Zhou Ci estaba principalmente dirigida a ella, Gu Dai.
Sin embargo, no podía revelar este hecho porque podría mantener a Lin Sheng despierto por las noches de preocupación.
Aunque Lin Sheng no perdía el sueño por ello, estaba sin embargo profundamente preocupado. Consideraba aconsejar a Gu Dai que se mantuviera alejada de individuos tan arriesgados.
Notando la aprehensión de Lin Sheng, Gu Dai sonrió tranquilizadora —No te preocupes, Tío Lin. Zhou Ci no puede engañarme.