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La voz de Zhou Ci hizo que la tensión en las cejas de Song Ling se relajase un poco. Reclinándose en su silla, respondió —No, no se trata de eso.
En cuanto a las noticias, ya había enviado a Zhao Xuan a manejar la crisis de relaciones públicas, minimizando las repercusiones. Aun así, los rumores seguían circulando.
No obstante, Song Ling se había preparado para lo peor y no se detenía a pensar en ello.
Zhou Ci soltó una carcajada —Vaya, tienes agallas. Pero Jiang Yue es claramente un mal augurio. Te dejó cuando estabas acabado y solo regresó una vez que tuviste éxito. Aún así, no pudiste ver a través de ella.
Los ojos de Song Ling se entornaron y dijo fríamente —Si no hay nada más, terminemos la llamada.
Zhou Ci interrumpió apresuradamente —¡Espera, espera, sí tengo algo de qué hablar!
Había llamado a Song Ling precisamente por este asunto y no podía permitir que colgase todavía.
