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La llegada de Mo Shen alivió considerablemente la atmósfera en la familia Jiang, y Jiang An también pudo prepararse para la reunión en paz. Los tensos nervios de Zou Bai se relajaron.
El secuestro parecía haberse resuelto perfectamente, pero sabían que no habían dejado el asunto atrás en absoluto.
Como padres, no protegieron bien a sus hijos y no los rescataron de inmediato. Si los niños no hubieran tomado una decisión rápida y causado tal conmoción, habrían tenido que investigar durante mucho tiempo.
Zou Bai nunca se había sentido tan impotente antes. Finalmente sabía lo que se sentía estar preocupado.
Jiang An, por otro lado, se obligó a no deleitarse en este asunto. Utilizó un método estoico para olvidar, que era evitar el tema.
Sin embargo, en casa eran pocos, y Li Mei estaba ocupada con la empresa. Últimamente, su negocio había estado un poco ajetreado y no tenía tiempo para acompañar a su hija.
