—De todos modos, ya no había nadie más. Si Cheng no podía seguir reprimiendo el resentimiento en su corazón —gritó a Jiang Yu—. Son unos b*stardos. Jiang An estaba claramente aún conmigo, pero ella les dio a luz a ustedes dos. ¡Me traicionó!
—Jiang Yu no sabía lo que había pasado en aquel entonces. Después de todo, Jiang An no les contaría a los niños sobre esto en detalle, así que ella ni siquiera podía refutar.
—Sin embargo, Jiang Yu sentía que su madre no era ese tipo de persona. Algo debió haber sucedido.
—Jiang Yi miró fríamente a Si Cheng —. Tú conoces la verdad mejor que nadie. Decir esto delante de nosotros los niños es solo ladrar y no morder. No ganas nada con ello.
Si Cheng, que aún se estaba riendo, ya no pudo reír más porque Jiang Yi tenía razón.
—Él sabía muy bien por qué las cosas habían llegado a este punto, y también sabía que no se podía culpar a Jiang An por todo esto. Fue su propia estupidez lo que había llevado a la situación actual.
