Sophie recibió una invitación para regresar al país esa noche, y la propia Annie llamó para pedirle que volviera para el anual Día Nacional. No dijo ni una palabra sobre la muerte de su abuelo materno.
Sophie colgó el teléfono y suspiró. —Parece que realmente van a dejar que el doble se haga pasar por Abuelo.
Gao Tian se acercó a abrazar a su esposa, queriendo confortarla de esta manera.
Afortunadamente, Sophie ya sabía qué tipo de persona era su madre. No estaba demasiado triste por el hecho de que solo le preocupara el poder. Empacó su equipaje lo más rápido posible.
—¿No vas a llevarnos a mí y al niño? —preguntó Gao Tian cuando vio que su esposa solo estaba empacando su equipaje.
Sophie negó con la cabeza. —Aún no sabemos qué está pasando. Si vamos juntos, me temo que no podré protegeros.
—Entonces el niño y yo te esperaremos a que vuelvas—. Gao Tian sostuvo la mano de su esposa.