Los dos ancianos de la Familia Mo pensaron que esta vez volverían con las manos vacías. Tras beber dos teteras de té, negaron con la cabeza y se prepararon para partir. En ese momento, Zhao Lan bajó por las escaleras.
—Me disculpo por haber hecho esperar a los dos ancianos. Fui terca y no quise romper el compromiso, así que hice esto. Lamento hacerlos ir y venir —Zhao Lan bajó la cabeza y se disculpó sinceramente.
Habiéndolos dejado aquí esperando, los dos ancianos estaban naturalmente enfadados. Si Zhao Lan hubiera utilizado cualquier otro motivo digno para enfrentarlos, los dos definitivamente habrían estallado en el acto.
Sin embargo, Zhao Lan fue muy honesta e incluso se disculpó con los dos ancianos.
Pensándolo bien, los dos no pudieron decir nada. Después de todo, fue su Joven Maestro quien insistió en romper el compromiso. Por supuesto, la mujer no podía aceptarlo.
