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Al oír las palabras de Jiang An, Tan Si rápidamente se calló y decidió no llamar a su hermana delante de la cámara.
Recientemente, no había sido tan arrogante como antes. Zhao Yan ya le había dado mucha presión. Temía que si provocaba consecuencias incontrolables, Zhao Yan no la ayudaría.
Jiang An también se dio cuenta de esto. Cuando la cámara se enfocó en las demás familias, se volvió a mirar a Zou Bai. —Tan Si debe haber experimentado algo. En el pasado, no habría dejado pasar algo así.
—Por supuesto que ha aprendido algo de Zhao Yan. No es una persona gentil. Solo sabe fingir —el tono de Zou Bai no mostraba sorpresa alguna.
Jiang An recordó las pocas veces que había visto a Zhao Yan. Si no supiera nada, realmente pensaría que era una persona fácil de tratar. Al menos, sería capaz de sonreír y charlar con él cuando se encontraran.
—Tienes todo escrito en tu rostro. No es de extrañar que otros te teman —bromeó Jiang An.
Zou Bai respondió:
