Para cuando el avión aterrizó en el aeropuerto de ultramar, los niños ya estaban frustrados. No se sentía bien estar sentados en sus asientos durante tanto tiempo. Todos ellos tenían el descontento escrito en sus caras.
Han Yu les pidió que esperaran en el aeropuerto. Solo podrían cambiarse a ropa más abrigada después de recoger su equipaje. El exterior del aeropuerto estaba cubierto de nieve.
Li Ai corrió hacia la ventana de cristal y exclamó:
—Hay tanta nieve. Está todo blanco afuera.
Aunque había viajado al norte de China antes, era diferente del hermoso paisaje de aquí.
No solo Li Ai, sino también los otros niños se emocionaron. Se juntaron y charlaron, con ganas de hacer una guerra de bolas de nieve.
Han Yu y el personal estaban realizando los procedimientos. Como el vuelo ya había tomado mucho tiempo, comenzó a instalar el equipo en el aeropuerto como una manera de informar a los internautas en China de que estaban a salvo.
