Si Cheng se atragantó con las palabras de Tan Si. No esperaba ser cuestionado de esa manera.
En el pasado, Tan Si siempre le había hablado suavemente, temerosa de no ser lo suficientemente gentil y considerada. Esto también hizo que Si Cheng se acostumbrara a las adulaciones de la otra parte.
No esperaba que ella lo mirara con tanto asco. Incluso comenzó a rodar los ojos. Cualquiera con ojos podría decir que estaba impaciente.
—Tan Si, no eras así antes —lamentó Si Cheng.
Lamentablemente, a Tan Si no le interesaba rememorar el pasado con él. Por supuesto, sabía que no había sido así antes. Eso se debía a que la identidad de Si Cheng valía la pena ser cortejada. Ella codiciaba el estatus de su esposa.
Ahora Si Cheng era solo una persona ordinaria. Tan Si definitivamente se casaría con una familia adinerada, así que naturalmente no lo trataba bien.
—Si tienes algo que decir, dilo. No hables tonterías aquí —el tono de Tan Si era frío—. He estado muy ocupada últimamente.
