—La última excusa de Mi Na era el amor —dijo ella—. En efecto, se sintió tentada cuando supo que Si Cheng se convertiría en su cuñado. No solo le gustaban la cortesía y la apariencia de Si Cheng, sino que también quería sentir el placer de arrebatarle cosas a Bai Ting.
—Desde joven, he vivido a la sombra de Bai Ting. Mis padres no me comparaban con Bai Ting. En cambio, enfatizaban repetidamente lo sobresaliente que era Bai Ting. Mientras la familia Mi dependiera de la familia Bai, podrían prosperar.
—Al principio, Mi Na admiraba a Bai Ting, pero gradualmente se dio cuenta de que todos los ojos estaban puestos en Bai Ting.
—El único tema de conversación entre las dos familias era Bai Ting. Todo lo que ella hacía y decía se discutía. Era como si fuera la única niña en el mundo.