Shen Junqing, como si estuviera poseído por un fantasma, extendió su mano y le dio un pellizco a los músculos de Bai Chen para verificar si eran reales.
Pero tan pronto como tocó el cuerpo de Bai Chen, recibió una patada en el estómago que lo lanzó por los aires.
Shen Junqing se quedó sorprendido por este ataque repentino, encontrándose en el suelo, y trató de cubrir su vergüenza con voz alta. —Accidentalmente rasgué tu ropa, ¿hay necesidad de enojarse tanto?
La mirada de Bai Chen era casi asesina.
Rasgar su ropa era un problema menor. Podía aceptarlo como un accidente, considerando que ambos tenían gran fuerza.
Pero ¿tocar su pecho? ¿Qué significaba eso? Un hombre adulto siendo manoseado por otro, era un gran insulto. Bai Chen sintió un intenso deseo de estrangular a Shen Junqing.
Shen Junqing sintió un escalofrío recorriendo su columna vertebral al ser objeto de la mirada penetrante de Bai Chen.
No podía creer lo que había hecho antes; había actuado por pura curiosidad.