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Algunas personas reconocieron a Nan Yan como Nombre Aleatorio.
Después de todo, cuando ella apareció en competiciones de esports antes, su rostro quedó profundamente grabado en la mente de los fans de esports.
A primera vista, algunos no reaccionaron, pero en segundos, la reconocieron. Con el primer grito de exclamación, más y más personas identificaron a Nan Yan.
En el aula multimedia, un coro de voces gritó al unísono:
—¡Diosa Yan!
—¡Diosa Yan!
—¡Diosa Yan!
La Vieja Dama Qin llevaba una expresión de confusión. —¿Están llamando a nuestra Yanyan?
Qin Shiyu asintió vigorosamente, sus ojos fijos en la pantalla grande. —¡Sí, sí! Guau, Yanyan se ve realmente hermosa. Desde este ángulo de cámara, ¡casi me hace llorar de lo hermosa que es!
—¿Por qué la llaman Diosa Yan?
La Vieja Dama Qin todavía no entendía del todo. Las competiciones de juegos y tal estaban muy alejadas de su mundo y ella no había tenido exposición previa a ellas.
