El Gran Anciano finalmente había aceptado la situación, pero Feng Zhengzhi estaba al borde de perder la razón.
Su secta había dependido de los ingresos de la Secta del Médico Divino para sostener sus operaciones y costear su estilo de vida indulgente.
Ahora que la propiedad de la Secta del Médico Divino había cambiado a manos de Nan Yan, ¿todavía podrían extraer dinero de la Secta del Médico Divino en el futuro? ¡Era evidente que esa posibilidad era muy escasa!
Feng Zhengzhi no pudo contenerse más y gritó:
—No estoy de acuerdo con que Nan Yan se haga cargo de la Secta del Médico Divino.
—¿Qué derecho tienes para no estar de acuerdo? —Sun Chan había perdido completamente las expectativas que tenía sobre su secta. Había decidido que ya no tendría ninguna asociación con la secta.
Sun Chan continuó: