—He Ziqi estaba siendo ahogado por Nan Yan, incapaz de respirar, su rostro tornándose rojo mientras luchaba por pedir ayuda.
—Nunca se esperaba que una mujer tan hermosa fuera tan violenta, y además tan poderosa.
—Los estudiantes a su alrededor no pudieron evitar exclamar al presenciar esta escena. Incluso Jiang Nai, con los ojos bien abiertos, estaba en shock.
—Esto era incluso más intenso que cuando había visto a Nan Yan golpear a esos dos idiotas la noche anterior. Después de todo, la iluminación era tenue anoche, y la velocidad de Nan Yan era tan rápida que ni siquiera pudo ver con claridad.
—Jiang Nai miraba fijamente a Nan Yan, pensando que si la situación fuera diferente, ¡habría aplaudido y la habría animado!
—Yo... suéltame...
—He Ziqi, que casi no podía respirar tras ser pateado, empujaba desesperadamente el pie de Nan Yan con su mano.