Lu Lehua había estado durmiendo durante dos días y noches, y todo su ser estaba en un estado confuso.
No se daba cuenta ni de dónde estaba por un momento.
Tras una breve pausa, miró alrededor del ambiente familiar y reconoció que estaba en su dormitorio.
Entonces vio al Gran Maestro Lu y preguntó confundida —Papá, ¿qué haces aquí?
—Si no hubiera venido, podrías haber muerto aquí, y nadie lo habría sabido —respondió el Gran Maestro Lu con un tono frío.
—Oh... —Lu Lehua estaba a punto de decir algo pero fue pinchada por Sun Chan, lo que la hizo gritar de dolor. Luego miró a Sun Chan y preguntó:
— ¿Por qué me pinchaste?
—El Ancestro Sol te está salvando. Sin él, podrías haber permanecido inconsciente por mucho tiempo —explicó el Gran Maestro Lu.
La mente de Lu Lehua seguía turbia. Solo había estado durmiendo, ¿entonces por qué las cosas de repente tomaron un giro potencialmente mortal? No sentía nada mal excepto debilidad y agotamiento.
