—Nolan mordisqueó su dedo meñique y preguntó con un tono casual —Hermanita menor, ¿hay algo más en lo que te pueda asistir?
—Nan Yan alzó una ceja —No, solo vigila al abuelo por mí.
—De acuerdo.
—Nolan observó cómo Nan Yan salía de la habitación del hospital y luego retiró su mirada. Con pasos lentos y relajados, se acercó a la cabecera del Viejo Maestro An.
—¿Sabes? Qué tal si le inyecto un poco de suero genético a este viejo y luego amenazo a la Hermanita Menor para que vuelva conmigo al país M. ¿Crees que obedecerá? —Nolan preguntó con un tono lleno de emoción e impulsividad, dirigiéndose a Wen Heng.
—Wen Heng realmente no quería interactuar con él. Nolan simplemente hablaba consigo mismo y respondía a sus propias preguntas; lo que dijera no afectaría en nada la decisión de Wen Heng.
Sin embargo, Wen Heng no pudo evitar hablar después de menos de un segundo de silencio —Si quieres que la Hermanita Menor te corte en pedazos, adelante.