Xu Lan caminaba detrás de Xia Fang y extendió su mano para ponerla sobre el hombro de Xia Fang como si estuviera refunfuñando —En cuanto a este asunto, no eres la única. Tu hermano mayor y yo queríamos ir a quedarnos en esa casa por un par de días ya que pensamos que no es bueno que la casa permanezca vacía. Pensamos que podríamos traer algo de calor a la casa con alguna actividad humana, pero Xiao Fang inventó todo tipo de razones para impedirnos ir allí.
Xia Fang sonrió y tomó un sorbo de licor. No quería involucrarse en este asunto y solo quería ver a su Cuñada Tercera y Hermana Mayor Política pelearse.
—No es que no quiera permitir que la Hermana Mayor Política viva allí. Es solo que fue el último deseo de mi madre dejarle la casa a Xia Zhe. Incluso si mi padre estuviera aquí, estaría de acuerdo en que es un hecho que nadie puede cambiar —dijo Xia Fang.