—Esta escena fue completamente armada por Qiao Qiang y Qiao Mei —era para evitar que el apuesto soldado se negara a tomar responsabilidad—. ¡Si ahora los dos eran vistos juntos en la cama, entonces habría un testigo!
Pero... la Qiao Mei que había transmigrado realmente no quería que las cosas llegaran a ese punto.
¡Después de todo, fue ella la que se forzó sobre él!
—¿Tía Wang? ¿Qué Tía Wang? ¿La vieja bruja Wang que se negó a buscarme un marido y me maldijo a estar sola por el resto de mi vida? —gritaba Qiao Mei a pleno pulmón—. ¡Diganle a esa vieja bruja que se pierda rápido. No ensucien nuestra casa o la echaré a patadas!
La voz de Qiao Mei solía ser suave y agradable al oído, pero también era la misma voz que decía esas palabras duras.
Inmediatamente, la Casamentera Wang apretó los dientes de rabia y escupió al suelo. Se dio la vuelta y salió sin mirar atrás.
Qiao Qiang se apoyaba en su bastón con una expresión desconcertada. Seguramente esto no era lo que habían discutido ayer, ¿verdad?
¿Pasó algo?
Qiao Mei miró a través de la grieta de la puerta y vio que la Casamentera Wang se había ido sin mirar atrás. Dio un suspiro de alivio y se relajó.
Hubo un tirón en la manta y Qiao Mei de repente recordó que aún había alguien detrás de ella. Se quedó congelada en el lugar, sintiendo como si la mirada de la persona detrás de ella fuera a atravesarla completamente.
¡Ay de mí!
¡Esta persona tiene una vibra tan opresiva!
Qiao Mei extendió la mano y agarró la única manta en la cama y se cubrió por completo, escondiendo su cabeza en ella.
Xia Zhe desvió su opresiva mirada y rápidamente se levantó de la cama. En poco tiempo, se había puesto la ropa que estaba esparcida por el suelo.
Qiao Mei continuó enterrando su rostro en la manta, revelando solo su cabeza redonda.
En la oscuridad de la noche anterior, no había manera de ver en absoluto su apariencia oscura y regordeta. Ahora que era de día, si este apuesto soldado viera cómo era realmente, ¿no quedaría traumatizado de por vida?
Dado que ya había hecho algo incorrecto, no debía crear más problemas para los demás. Qiao Mei sentía que aún tenía una fuerte autoconciencia.
—¡Xiao Mei! ¡Xiao Mei! —llamaba Qiao Qiang mientras avanzaba con su bastón.
—¡Abuelo, no vengas todavía! —gritó Qiao Mei de inmediato.
Tan pronto como terminó de hablar, Qiao Qiang se detuvo de inmediato y preguntó con el ceño fruncido:
—Xiao Mei, ¿qué sucede? ¿Él no te trató bien?
Xia Zhe, que estaba ordenando su ropa, hizo una pausa al escuchar esto. Su mirada se detuvo en su antebrazo amoratado y apretó los labios. ¿Yo la abusé?
En ese momento, Qiao Mei estaba tan avergonzada que clavó los dedos en la manta.
¿Acaso Qiao Qiang no sabía qué tipo de persona era ella? Además, ¿acaso esto no era lo que los dos habían planeado en secreto ayer? Ahora que lo decía tan abiertamente, parecía que el soldado se había aprovechado de ella.
—Es inconveniente para mí ahora, así que no entres primero —respondió Qiao Mei con irritación.
La situación actual era realmente demasiado terrible. De todas las veces para transmigrar, ¿por qué tenía que ser durante una situación tan incómoda? ¡Era tan embarazoso!
—¡Está bien, está bien, está bien! No entraré... ¡No entraré! —Qiao Qiang estaba encantado de que pareciera que todo iba bien.
La única variable era que la Casamentera Wang no había sido útil, pero eso ya no importaba.
```
Qiao Mei continuó hablando con voz amortiguada bajo la manta. —Abuelo, tengo hambre. ¡Ve a comprar algo de carne!
Qiao Qiang estaba aún más encantado. —¡De acuerdo! ¡El abuelo irá a comprarla ahora! Será una buena nutrición para Xiao Mei!
En esta era, todavía se requerían cupones de carne para poder comprar carne. Los cupones de carne eran un tipo de permiso de compra y uno debía tener los cupones correspondientes para comprar los artículos correspondientes. Sin embargo, todos sus cupones de carne para este mes ya se habían usado. Ahora que Xiao Mei quería comer carne, incluso si tenía que sufrir humillación por ello, aún encontraría una forma de comprar medio kilogramo de carne para el sustento de Xiao Mei.
A partir de ahora, Xiao Mei tendría una salida. ¡Esto era una cosa grandiosa!
Qiao Qiang se dio la vuelta sonriendo, sintiéndose mucho más joven. Se pavoneó hacia la puerta, apoyándose en su bastón. Ahora tendría que darse prisa para llegar al mercado en el pueblo a siete millas de distancia para comprar carne. Si se hacía demasiado tarde, sería difícil caminar.
El sonido del bastón del anciano se alejaba cada vez más. Qiao Mei repasó los acontecimientos y finalmente entendió por qué su abuelo había armado todo esto.
Suspiro...
—Lo siento. La noche pasada fue mi culpa. No debería haber hecho eso contigo... —La voz de Qiao Mei estaba muy baja cuando habló.
—¿Qué? ¿Lo sientes y eso es todo? —La voz ronca y melodiosa sonó detrás de ella.
Qiao Mei, que tenía la cabeza enterrada bajo la manta, sacudió la cabeza vigorosamente al escuchar esta voz agradable. ¡Esta voz era realmente demasiado placentera al oído, era como un regalo de los dioses para alguien que apreciaba los sonidos agradables! Si pudiera escucharla todos los días... ¡qué maravilloso sería!
Si la noche anterior no hubiera ocurrido, podrían haberse hecho amigos.
—Pedir disculpas en realidad es inútil —Qiao Mei reprimió todos sus pensamientos y dijo sinceramente—. Admito que todo es mi culpa. Si hay algo que quieras hacer para aplacar tu ira, ¡adelante!.
Había un atisbo de agravio en su suave voz. Sumado a lo que había sucedido entre los dos la noche anterior, provocaba una sensación de simpatía, como la de un pequeño animal que se había mojado en la lluvia y podía derretir el corazón de uno.
```
—Te daré algún tipo de cierre sobre esto —dijo Xia Zhe.
—¿Qué? —Qiao Mei se quedó sin palabras. No había montado un berrinche como la dueña original del cuerpo, ni había forzado a él a tomar responsabilidad, ¡y aún así él quería asumirla!
—¡No, no, no! —respondió ella—. Todo el asunto es mi culpa. No tienes que darme cierre, es todo mi error y te pido perdón. Puedes desahogar tu ira como quieras. ¡En serio, es verdad!
Aunque este hombre había registrado su matrimonio con ella en su vida pasada, nunca había vuelto después de eso. ¿No la estaba haciendo una viuda en vida?
Además, solo lo había visto una vez y no sentía nada por él.
Aunque había estado sola durante más de veinte años en su otra vida, eso era por su propia elección. No había necesidad de renunciar al resto de su vida solo por esta única vez, ¿verdad?
Xia Zhe estaba perplejo y se quedó parado en el suelo.
Al final, el tono de Qiao Mei confirmó que estaba diciendo la verdad.
¿Pero no habían cocinado los dos este plan para hacerme tomar responsabilidad? ¿Podría ser que su objetivo era solo... dejar que Qiao Mei durmiera conmigo una noche?
¿No era eso demasiado incomprensible? —se preguntó a sí mismo.