Capítulo 3: Encuentro con el destino Parte 1
Después de aquel suceso de peligro fui escoltado a casa por mi padre, el cual fue recibido con múltiples preguntas por parte de mi preocupada madre, exigiendo saber el porqué de mis gritos tan desesperados.
Al explicarle lo antes vivido por ambas partes, la mujer no dudo en acercarse a mi posición y comenzar a rebuscar en todo mi cuerpo posibles lesiones, que gracias a mi suerte no tenía.
Sonreí, pues, de alguna manera la reacción de mi madre me había resultado algo nuevo para mí, desde luego que podía decir que nunca me faltó amor en el poco tiempo que tuve a mis padres a mi lado en mi vida anterior, pero era una sensación tan poco familiar que me resulto algo vergonzoso,Incluso antes, aún con el apoyo de mi familia el recibir esta clase de afecto no era algo que mis tíos o abuelos pudieron darme a lo largo de los años que estuve a su lado.
No importaba eso ahora, lo que realmente podía decir que importaba, era el sentimiento de felicidad que me traía estar hoy aquí, porque había logrado encontrar la paz en un mundo como este, lleno de personas que creí jamás conocer en carne y hueso, pudiendo decir con seguridad que aún acumulando todos mis bienes de mi primera vida, no serian suficientes para equiparar el valor que tiene mi familia hoy.
Con ese mismo pensamiento incrustado a lo largo de mi niñes, el tiempo paso rápidamente, después de aquel día en donde se me prohibió permanecer solo en el bosque por los peligros que conllevaba, mi vida tomo un rumbo más hogareño, centrado en el apoyo en los deberes de la casa, permanecí al tanto de todo lo que esta pareja de adulto necesitara de mí.
Pero faltando tan solo dos meses para cumplir 4 años en este mundo una noticia alegro a todos los miembros de la familia, una noche de verano, después de la cena.
¨¡Muchas gracias por la comida! Estuvo muy rico.¨ Mi Padre me sonrió, mientras que mi madre se encargaba de limpiar los pocos platos sucios que habían quedado.
¨Me alegra que te gustará Alex. ¨ La voz de la mujer siempre tan lleno de amabilidad, no podía provocar más que una sonrisa.
¨No olvides traer tus platos a lavar, después me encargare de limpiar la mesa.¨ Asentí ante su petición, dirigiéndome a su costado con el plato entre mis manos, listo para ayudar a la mujer con el trabajo.
¨No es necesario que me ayudes con esto, yo sola puedo.¨
Negue con la cabeza, insistiendo en la idea de apoyarla.
¨No te preocupes mamá, no me es problema limpiar, después de todo no hay mucho por lavar.¨
Sin mucho por hacer, mi madre cedió ante mi petición, y fue a sentarse al lado de mi padre.
¨Es un niño muy bueno ¿No te parece Tanjuro? ¨ El hombre asintió, permaneciendo su mirada en el niño frente a él.
¨Tienes razón, Alex es un niño muy servicial en todo lo que se le pide, aún cuando no se lo es requerido. ¨
Tanjuro sonrío, cosa que la mujer imito.
¨Sin duda, es algo que lo ha caracterizado desde que es participe de conciencia.¨ De pronto, el rostro del hombre se vio forzado a cambiar, viendose apagado.¨Aunque, alguien con sus cualidades puede ser fácilmente engañado.¨
El comentario dado por el hombre tomo desprevenida a la mujer, la cual lo miro confundida.¨¿A que te refieres?¨
¨En este mundo la gente tiende a aprovecharse de personas como él, solo basta que se ganen su confianza, y las cosas pueden salir mal. ¨
La mirada de ambos adultos paso a una de seriedad, mientras observaban al niño terminar su labor.
¨!Ya terminé, me voy a dormir¡¨
El comentario del pequeño reanimo al dúo de padres, los cuales sonrieron al unisonó, siendo la primera en levantarse fue la mujer, la cual dirigió al muchacho a su habitación, dejando al hombre recostado en la silenciosa sala de su hogar, mientras se encontraba rogando en silencio por el futuro de su primogénito.
Alex, solo espero que logres encontrar buenas amistades, y de ser posible, llegado el momento, sepas escoger una buena mujer con la que pasar el resto de tu vida...
Pasados unos veinte minutos, la mujer había vuelto al lado de su marido, sosteniendo una expresión nerviosa.
¨¿Alex ya está descansando?¨
¨Si, se quedo dormido tras contarle una historia. ¨El nerviosismo de su esposa no tardo en inquietar al hombre, el cual permanecía con la duda de la razón de tal comportamiento.
¨¿Sucede algo querida?¨ La pregunta había hecho que la mujer soltara un corto suspiro, armándose de valor para confesar lo que le había estado ocultando a su marido.
¨Lo que sucede es...que estoy embarazada. ¨Para cuando la noticia fue anunciada, el lugar había quedado en completo silencio, sin embargo, la sonrisa del hombre suavizo el tenso ambiente que se estaba formando.
¨Que noticia tan encantadora...¨ Dijo, mientras sotenia el vientre de la mujer.
Para cuando cumplí cuatro años, se habían completado ya tres meses desde aquel día, y fue en mi cumpleaños donde después de tanto tiempo conociendo en exclusiva nuestra casa y partes del bosque, se me permitió acompañar a mi padre a trabajar vendiendo carbón en el pueblo.
¨¡Hasta luego mamá!¨ Como siempre, nunca me paso por la mente el irme sin antes despedirme de mi madre, ya sea atravez de un simple saludo, o un abrazo apresurado, siempre hubo una despedida.
¨¡Cuídense mucho, recuerden llegar temprano para la cena!¨
¨!De acuerdo¡¨ Dije ya alejándome de nuestra casa junto a mi padre.
¨La época de invierno se está terminando, por eso mismo es necesario vender todo lo posible antes de que comience el otoño, es en esos meses donde la gente no requiere tanto carbón como en épocas de friaje ¿Entiendes? ¨
La elaborada explicación de mi padre me hacia pensar en alguna cosa que el no pudiera hacer, siendo tan perspicaz a la hora de realizar cualquier actividad, me era imposible el verme igualar sus años de experiencia en tan poco tiempo.
¨Por supuesto que sí.¨
Mantuve la mente clara en todo el camino, planteándome la excelencia en el trabajo que estaba por ejercer, pues las ventas no serían tan fáciles de conseguir como antes, después de todo no era ningún misterio que en épocas de calor la necesidad de fuego en una chimenea no es la misma que en la era de invierno, y la gente solo utilizaba el carbón como medio de cocina o de combustible.
Para cuando llegamos a la aldea, lo primero fue instalar nuestras cosas, organizar la mercadería era paso fundamental, y después de eso, nos dirigímos a cada una de las casas, llevando la carreta con nosotros mientras preguntábamos a las personas de casa en casa y puesto en puesto si les era necesario comprar carbón, a lo cual las personas compraban en pequeñas o grandes cantidades nuestro producto aligerando la carga, pues el tener menos peso en nuestras espaldas era indicio de que ganábamos dinero.
De esa manera logre conocer a gran parte de la comunidad, en donde siempre mantuve una mirada alegre para no incomodar a nadie, si alguien llegaba a ver a un niño con cara amargada o triste podría afectar nuestras ganancias, cosa que no estaba en mis planes.
Conforme pasaban las horas el sol ya se estaba poniendo y la luna comenzaba a adornar el cielo, seguido de un sinfín de estrellas. El sueño, ya sometiendo mis fuerzas me hizo terminar formando parte de la carga de mi padre, el cual jalaba la carreta.
¨Ya hemos vendido toda nuestra mercancía, es hora de volver a casa.¨ Con un pequeño bostezo asentí a la idea de volver a descansar.
¨Tienes razón papá, ya está oscureciendo, y ya tengo sueño...¨
Dedicándome una sonrisa, el amable hombre siguió jalando la carreta colina arriba, sin mostrar signos de fatiga.
Supongo que este cuerpo aún es muy joven como para ser de verdadera utilidad en el trabajo...
A la mañana siguiente la rutina fue exactamente la misma, comíamos tranquilamente en nuestro hogar para después pasar gran parte del día vendiendo carbón a las personas, después de todo aún ante el calor que traía la estación de verano, el carbón era un material muy cotizado por todos, ya que por lo menos para esta época no era muy común ver el uso de cocinas de gas, siendo el carbón la fuente más eficiente para cocinar los alimentos o mantener la casa a una temperatura cálida en las noches.
Las cosas eran realmente buenas siendo solamente tres personas, los gastos no eran muy grandes y era fácil ahorrar dinero para el futuro, pero eso comenzó a cambiar cuando llego el nacimiento del bebé Tanjiro, que fue pocos meses después de que termino la temporada de invierno.
Apertura de estadisticas:
[Nombre: Kamado Alex] [Edad: 4] [Lvl 6]
[HP: 50] [MP: 30]
[Fuerza: 10] [Resistencia: 30]
[Velocidad: 20] [IQ: 200]
Habilidades:
-Cuerpo sobrehumano: (Capacidades tanto físicas como mentales superiores en un 80% al de un cuerpo humano normal.)
-Ultra instinto imperfecto (EL usuario es capaz de someter su cuerpo para llegar a sus límites, en la que su cuerpo es capaz de ejercer un juicio propio en tan solo un instante logrando tener una percepción superior de su entorno.)
Conforme pasaban los años mi cuerpo fue fortaleciéndose por su cuenta, mi fuerza aumentaba a la par que de mi altura y mis rasgos faciales cambiaban cada año, pero aun teniendo estas mejoras por mi crecimiento, esto no era suficiente si lo que quería era tener la oportunidad de cambiar los sucesos futuros de este mundo.
Pero, con la ayuda de mi habilidad de Cuerpo sobrehumano mi desarrollo había sido impulsado a niveles superiores al de un niño normal, podía ayudar a mi padre todos los días a llevar la leña que cortaba de un lugar a otro, cargaba grandes cantidades de carbón todos los días en los que le acompañaba a venderlo, y me era difícil cansarme.
En los días que no ayudaba a mi padre a vender en el pueblo, me quedaba en la casa junto a mi madre ayudando a cuidar a mi hermanito Tanjiro, era exactamente igual al del manga, teniendo su característico pelo color negro con degradado rojo, junto a sus ojos negro que compartían el mismo degradado rojizo que su cabello, con la excepción de su mitica marca.
Pero no todo era tan bueno como parecía, a consecuencia del calor que estaba llegando a causa de la primavera las ventas se acortaron drásticamente, aunque la comida no era ningún inconveniente, los productos básicos de limpieza o de vestir ya no eran posibles comprar con tanta facilidad a diferencia de antes, después de todo había alguien más en la familia.
De esa manera pasaron los meses, volviéndose rápidamente años en los que nacieron cada uno de mis hermanos, la siguiente en nacer fue Nezuko, seguido de Takeo, Hanako, Shigeru y Rokuta. La familia crecía exponencialmente en todo este tiempo, en donde había cumplido 10 años en este mundo.
¨Iré al pueblo a ayudar a papá con la venta de carbón, volveré más tarde. ¨ Fue lo que dije, siendo escuchado por mi madre y el segundo de la familia.
¨¡Espera hermano mayor! ¿Puedo acompañarte al pueblo?¨
Volviendo mi cabeza atrás me encontré con un joven Tanjiro de tan solo 5 años con una pequeña canasta en la espalda llevando algunos pedazos de carbón.
Lo mire, dandole una pequeña sonrisa, a la vez que sostenia la canasta que llevaba consigo.
¨Sabes que eres muy pequeño como para ir al pueblo conmigo, y no soy lo suficientemente fuerte como para cuidarte si algo llegar a pasar en el camino.¨
Conforme intentaba desalentar al pequeño, encamine un acercamiento lento junto a mi hermano.
¨Pero mientras yo y papá no estemos en casa es tu deber proteger a mamá y a nuestros hermanos ¿Está bien?¨
La mirada de mi hermano parecio algo triste, pero el mismo logro recomponerse.
¨Está bien...¨ Dijo el joven Tanjiro con desanimo en su voz, acompañado de una expresión de tristeza.¨¡Pero cuando crezca, prometo dar lo mejor de mi para ayudarte a vender carbón junto nuestro papá!¨
Asentí sonriéndole.
¨Ya lo creo, pero por ahora debo irme, lo mejor será llegar antes del mediodía al pueblo, no puedo hacer esperar a nuestro padre por mucho tiempo.¨
Sali colina abajo recorriendo el amplio bosque en dirección a la aldea en donde se encontraba Tanjuro, mientras que llevaba conmigo una canasta llena de carbón y comida que nos había preparada mi madre para degustar en el pueblo a la hora de almorzar.
Frente a la complicada época de primavera, el negocio familiar flaqueaba considerablemente en sus ventas, siendo sustentados exclusivamente por el triple esfuerzo que ameritaba bajar la montaña una y otra vez todos los días en busca de productos para los clientes.
Eran pocas las veces en las que Tanjuro se alejaba del pueblo en donde vendíamos normalmente, y se dirigía a nuestros vecinos en otros lugares dejándome a mí la labor de vender todo lo posible en este lugar.No me era ningún problema el vender carbón por mi cuenta, el mantener una carga tan grande como esta cada día, me hacía sentir algo util para esta familia, por lo que opte por mantener la cabeza en alto frete a los problemas que estábamos pasando, y no permitir que nada de esto se hiciera sentir para ninguno de los miembros mas pequeños de la familia Kamado.
Aún cuando somos muchos, los quiero a todos...
Había estado ya varias horas recorriendo el pueblo, en donde ya hace tan solo veinte minutos había devorado el alimento que mi madre me había entregado, fue en ese momento cuando termine llegando al lugar en donde mi padre estaba vendiendo las ultimas piezas de carbón que le quedaban.
Sonreí, pues a diferencia de mí, mi padre había traído la carreta consigo y no una canasta, lo que significaba una mayor venta.
¨¡Padre ya llegué, traje todo el carbón que pude para vender! ¨
A toda prisa me aproxime al hombre, llegando a estar frente a él en segundos. Mi presencia hizo que se formara una sonrisa en el rostro del hombre, el cual me recibió con un movimiento de su mano sobre mi cabeza, despeinándome en el proceso.
¨Te lo agradezco mucho Alex, déjame llevar la carga por ti, ya hiciste suficiente por hoy. ¨
La canasta que llevaba encima fue retirada, y posicionada sobre la carreta ya vacía.
¨¿Qué tal si vuelves a casa a cuidar de tus hermanos y de tu madre? Yo puedo seguir vendiendo por mi cuenta.¨
Al escuchar su sugerencia, rápidamente negué con la cabeza
¨¡No es correcto! Por favor permíteme ayudarte en todo lo posible, si vuelvo ahora no te abre ayudado de la mejor manera. ¨
Como respuesta inicial recibí un suspiro por su parte, seguido de una sonrisa.
¨Bueno, si insistes de esa manera no desaprovechare tu oferta, acompáñame a seguir vendiendo. ¨
¨!Bien¡¨
Nueva misión adquirida
Vende cada una de las piezas de carbón que tengas
(0/50)
x20 de experiencia
Sonreí por lo bajo al escuchar la voz del sistema otorgándome una nuevo misiones, pues, durante estos últimos años el sistema me había dotado de diversas misiones con una dificultad de principiante, ganando experiencia y mayor nivel, lo cual me a estado ayudando en mi crecimiento de forma exponencial.
Hasta ahora solo tenía misiones que otorgaban exclusivamente puntos de experiencia para subir de nivel, lo cual ayudaba en la mejora de mis estadísticas, pero en ninguna de las misiones se me otorgo algo de dinero como recompensa.
Esto fue algo a lo cual no le di demasiada importancia, pese a eso la duda jamás abandono mi mente.
Las horas transcurrieron con suma rapidez, llegando a ocultarse el sol sobre nuestras cabezas, muestra de que era hora de partir rumbo a casa, pues nuestra labor diaria había culminado. Afortunadamente para nosotros, ese fue el momento exacto en que nuestras reservas de carbón habían sido terminadas y la misión completada.
¨Cof Cof Cof...¨ Las repentinas toses de mi padre me hicieron salir de mis propios pensamientos, haciéndome correr en dirección del aparte hombre exhausto.
¨¿!Te encuentras bien papá¡?¨
¨Si...estoy bien, solo es un poco de tos, estaré bien mañana temprano.¨
La confianza en sus palabras lograba hacerme sentir mejor, pero estos ataques de tos no eran mas que indicios del escalofriante futuro que corría nuestra familia.
Dudé por unos segundos en preguntar directamente, decidiendo al final seguir en silencio al hombre en dirección a la montaña, estando corto de valor para contradecir sus palabras.
Talvez, no lo sé con certeza, pero escuchar toser a un hombre que desde que tengo memoria nunca se ha enfermado, no es algo fácil de ignorar...
"Mis pensamientos me traicionaban, imaginando el peor escenario posible.
Este hombre había cumplido recientemente sus 35 años, no hay ninguna razón por la que algo malo le pase por padecer una simple tos. ¿Verdad?
Al día siguiente Tanjuro no pudo levantarse con las suficientes fuerzas como para salir a trabajar, ni al día siguiente, ni al próximo.En estos días tan difíciles fue mi deber como segunda cabeza de la familia bajar la montaña y vender todo el carbón que pudiera a los pobladores, junto a la leña seca que solíamos cortar con tan poca regulación.
Cada mañana era exactamente lo mismo, aquel hombre fuerte que había sustentado a esta familia con escudo y espada, ahora se encontraba tendido en cama con la temperatura en los cielos., y teniendo en conciencia de que el invierno no tardaría mucho tiempo en llegar, sería peligroso para él permanecer con sus constantes fiebres, y la idea de que algo malo le pasara al hombre dejo de ser un pensamiento único, pues al ver la preocupación de mi madre, me era imposible permanecer en casa.
Cumplidas dos semanas desde la caída de mi padre fuimos a buscar un médico del pueblo para que tratar su malestar, pues el mismo no parecia desaparecer.
Al principio las medicinas aparentaban surtir efecto, logrando calmar las oleadas de fiebre que solía tener los primeros días, pero conforme pasaba el tiempo los medicamentos tradicionales dejaron de ayudar, y no importo que tantos medicamentos o cuantas veces llamemos al medido para ver la situación del hombre, cada vez se le veía más desnutrido, aún frente a la comida que se le daba, y no parecía mejorar en lo más mínimo.
¨Sistema, debe haber alguna manera en la que podamos ayudar a mi padre, dijiste que cuentas con una tienda universal, en la cual puedo comprar cualquier cosa ¿Acaso hay algo que pueda sanarlo?¨
"Por supuesto que hay miles de compras que ayudarían a la recuperación de tu ser querido, pero, por desgracia usted no cuenta con el presupuesto necesario para siquiera poder comprar el más básico."
Gruñí, insatisfecho ante su respuesta.
¨¿Qué? , !Es de una vida de la que estamos hablando, que tiene que ver si tengo el dinero suficiente o no para adquirirlo¡¨
"Comprendo lo que me dice, pero este tipo de decisiones no dependen de mi, no tengo la capacidad para otorgar a mis anfitriones alguna ventaja la cual no puedan comprar por ellos mismos.
¨P..Pero...!Tiene que haber otra forma¡¨
"Lo lamento, pero no la hay."
Saliendo de mi pasaje mental volví a la cruda realidad que está pasando nuestra familia, nuestro padre estaba cada día peor, y no había garantía de que siguiera vivo el día de mañana, y esto mismo lo sabía muy bien aquel hombre enfermo.
A la mañana siguiente me levante nuevamente muy de mañana, me encontraba preparándome para salir a vender al pueblo cuando la voz de mi padre llamándome me saco de mi concentración, llevándome a donde él se encontraba.
¨Buenos días papá ¿Hay algo en lo que te pueda ayudar?¨
Al verlo, se mostraba tan sonriente como de costumbre, pero era imposible el compartir su optimismo.
¨Buenos días Alex, me alegra verte despierto tan de mañana como siempre...¨
Basile en mi mirada, mis sentimientos estaban alborotados. El hombre que me había criado los últimos diez años estaba muriendo en frente mio, sin poder hacer nada.
¨Sabes, durante estos años, tras el nacimiento de tus hermanos me has estado ayudando de una manera extraordinaria, vendiendo carbón en el pueblo, ayudando a tu madre a cuidar a tus hermanos y en los pedidos que se te hacía.¨
Mantuve la cabeza gacha, sin saber que decir.
¨Te agradezco, por todo cuanto has hecho estos ultimos meses...¨
Cuando termino de hablar, rapidamente negue con la cabeza, mientras me acercaba en su dirección.
¨No hay nada por agradecerme, si es lo que querías hacer, solo hice lo que cualquiera habría hecho.¨
Sin que pudiera seguir hablando, mi padre me sostuve con una mano, acariciando mi cabeza.
¨Aun así, déjame mostrarte algo de gratitud.¨ Terminando de hablar, se reclino lentamente ante mí, de rodillas sobre su futón con la cabeza tocando suelo.
¨!Por favor no haga eso, es verdad que he ayudado en todo lo que he podido a nuestra familia ¡Pero jamás podría igualar la importancia que tienes en nuestra familia!¨ Dije ayudando a levantar al humilde hombre frente a mí, al cual se le podía ver que mucho tiempo no le quedaba en el mundo de los vivos.
¨Alex... mi tiempo está cerca de finalizar, en donde daré mi último respiro en este mundo, y ya no podre ayudar como solía hacerlo...¨
Lentamente, sentí como mis ojos se humedecían, y mas pronto que tarde me fue imposible aguantar las lágrimas.
¨No digas eso por favor...mi madre o hermanos podrían escucharte...¨
Una vez más, mi padre me sonrío, a la vez que me miraba con cariño.
¨Por lo que mas quieras, necesito que me prometas una cosa.¨
¨Lo que tú quieras.¨
¨En este preciso momento, te dejo a cargo del bienestar de nuestra familia¨
Conforme hablaba, lentamente desprendía de sus orejas sus inconfundibles aretes de Hanafuda, extendiéndolos hacía mi.
¨Estos aretes han pasado de generaciones en nuestra familia, durante cientos de años, quiero que tú los conserves a partir de hoy.¨
¨!No, tú te vas a recuperar y seguirás usándolos por varios años más, por favor consérvalos hasta el día de tu recuperación¡¨
Lagrimas adornaban ligeramente mis mejillas, viendo la situación tan desfavorable en la que me encontraba.
¨Alex...entiéndelo por favor, si algo llegara a pasarme, quiero que me prometas que cuidaras de tu madre y hermanos...¨
No pude responder, mis puños apretaban mis rodillas, y mis dientes se aplastaban entre ellos, acompañados de mi mirada gacha.
¨En verdad, lo lamento tanto hijo...que tu padre tenga que irse tan pronto, pero, por lo menos quiero estar seguro de que estarán en buenas manos ¿Crees poder conservar estos aretes hasta entonces? ¨
Mire a mi padre de reojo, aún con lagrimas brotando de mis ojos.
¨Yo...prometo cuidar de mamá y de mis hermanos, aunque tenga que morir en el intento...no permitiré que nadie les haga ningún daño.¨
Con ambas manos tome delicadamente los aretes Hanafuda, guardándolos de la misma manera entre mis prendas, para luego ser almacenados en mi inventario, lugar en el que jamás se podrían dañar.
Desde entonces conserve la reliquia familiar durante los siguiente 3 meses, en donde como ya estaba previsto por mi padre, todo cumino.
Era una mañana de primavera, y nos despertamos como un día común, mi madre fue a ver como se encontraba su esposo, pero en cuanto entro no paso ni un solo minuto cuando un grito de dolor fue el causante de despertarnos a todos.
¨!Qué fue lo que paso¡ ¿!Madre te encuentras bie-n...¨
Mi rostro de lleno de horror, mi cara palideció, y me fue imposible articular palabras por un tiempo indefinido.
Frente a mí se encontraba la pequeña silueta de mi madre abrazando fuertemente el inmóvil cuerpo del débil hombre al cual podía llamar padre, un hombre fuerte, ágil y capaz de dar su vida por su familia, este mismo hombre era el que yacía inmóvil sobre los brazos de mi madre.
No lo quise creer al principio, podría ser que estuviera dormido ¿Verdad? Me era imposible ver más allá de mis deseos, pero todo cambio cuando, por alguna extraña razón, mi radar no podía detectar la presencia de mi padre.
Mi rostro se contrajo, di unos pequeños pasos atrás, al por fin después de unos segundos entrar en razón con lo que había pasado.
Su cuerpo completamente inmóvil sin signos de estar respirando, acompañadas de una piel fría y de un tono azul, la muerte de aquel hombre era más que evidente para mí.
Papá...!Por favor no!
Quería gritárselo, suplicarle que no se fuera, talvez culpar a los presentes por no haberlo cuidado como se debía, pero no pude, no podía hacerle eso a mi familia tras prometer cuidar de ellos, pues, la muerte de Kamado Tanjuro era un suceso que había tenido previsto hace ya bastantes años, en el manga se informó que murió poco tiempo después del nacimiento de Rokuta, pero esta vez, supongo que duro más tiempo que en la línea de tiempo original.
Su entierro fue inmediato, junto a Tanjiro de ya 8 años y Nezuko de 7 ayudamos a nuestra madre a excavar el pozo donde enterraríamos al hombre.
Normalmente este papel lo tenían que cumplir los adultos responsables en cada familia, pero siendo únicamente nosotros y nuestra madre, fue nuestra responsabilidad asumir el papel de adultos responsables.
El duelo por la pérdida del hombre de la familia duro casi una semana entera, nos dimos el lujo de permanecer todos unidos durante este periodo de tiempo por los ahorros que teníamos acumulados de las tantas veces que fui a vender carbón y leña al pueblo, pero ese dinero no duraría para siempre.
¨Mamá, voy a ir al pueblo a vender algo de carbón, por favor, podrías quedarte a cuidar a mis hermanos.¨
La necesidad de dinero no hizo mas que aumentar, y la idea ayudar al hogar económicamente paso por la mente de mi madre, sugiriendo ir a vender ellá en lugar mio.
¨No es necesario que me ayudes a vender, alguien debe quedarse a cuidar a mis hermanos, yo me encargare de traer todo el dinero que pueda a casa.¨
La mirada de la mujer era complicada, no podía entender que era lo que estaba pensando en ese momento.
¨Te lo agradezco mucho hijo...lamento que tengas que asumir este tipo de preocupaciones a tan corta edad...¨
Negando con la cabeza mire con cariño a mi madre.
¨No hay problemas, después de todo le prometí a papá que cuidaría de nuestra familia el día que no este, y no pienso faltar a mi palabra nunca.¨ Dije, con el mayor optimismo que pude.
Con una pequeña sonrisa en su rostro mi madre me despidió junto a mis hermanos, pero frente a mi estaba Tanjiro, el cual se veía listo, llevando en su espalda una canasta completamente llena de carbón.
Mire a mi madre por última vez buscando su aprobación, al asentir ligeramente, camine en dirección a Tanjiro.
¨Está bien, después de todo ya eres todo un hombrecito, me acompañaras por hoy a vender.¨
Llevando la carreta repleta de mercancía y seguido de Tanjiro dimos rumbo al pueblo.
Nueva misión adquirida
Vende todo el carbón que tengas
(0/120)
x50 de experiencia ;+20 monedas
Veinte monedas...¿Ahora es cuando me las das...?
La molesta voz del sistema invadió mi cabeza, materializándose frete a mí un cuadro explicativo.
"Las misiones son catalogadas por su nivel de dificultad, según el peligro o dificultad que tengan se le dotara de recompensas pre establecidas. Como anteriormente se encontraba siendo ayudado en gran parte por otra persona, y contando con la baja dificultad que tenían las misiones, solo se le otorgaba puntos de experiencia, diferencia de ahora."
¿Qué clase de analogía es esa? Pero si estoy siendo ayudado por Tanjiro ¿Qué ha cambiado...?
"El factor más destacable es la ayuda que te proporcionara la persona, anteriormente era alguien adulto el que lo ayudaba, cumpliendo prácticamente todo en vez de usted, pero ahora es un niño pequeño el que lo ayuda, por ende, la recompensa que recibirá será mayor por el esfuerzo extra que tendrá que hacer."
Con la vista aún gacha, mire al joven Tanjiro, a la vez que el giro sus ojos a mi encuentro.
¨No te preocupes, saldremos juntos de esto...¨
Al terminar de hablar, sonreí, intentando animar a mi hermano, cosa que pareció funcionar, pues el mismo me sonrió de vuelta.
Ante todo lo acontecido, procuré mantener la conversación que tuve con el sistema únicamente en mis pensamientos, no quería correr el riesgo de que Tanjiro pensara que su hermano mayor hablaba solo.
Suspirando pesadamente seguí el camino al pueblo con tranquilidad, sin embargo, la noticia de que Tanjuro Kamado había muerto llego a los oídos de cada persona en el pueblo, ganándonos la pena y simpatía de todos, cosa que, involuntariamente provoco la venta inmediata de toda nuestra mercancía en tan solo 3 horas.
De ese modo, volvieron a pasar los meses, en los que mantuve una mayor constancia en la venta de carbón, siendo acompañado en cada ocación por Tanjiro.
Apertura de estadisticas:
[Nombre: Kamado Alex] [Edad: 13]
[Lvl 19][HP: 110]
[MP: 210][Fuerza: 25] [Resistencia: 30]
[Velocidad: 40] [IQ: 200]
Habilidades:
-Cuerpo sobrehumano (Capacidades tanto físicas como mentales superiores en un 80% al de un cuerpo humano normal.)
-Ultra instinto imperfecto (El usuario es capaz de someter su cuerpo para llegar a sus límites, en la que su cuerpo es capaz de ejercer un juicio propio en tan solo un instante logrando tener una percepción superior de su entorno.)
Perspectiva de Kamado Alex:
Seis meses después del fallecimiento de nuestro padre, tanto yo como Tanjiro hemos pasado los ultimos días subiendo y bajando la montaña, en el afán de conseguir dinero atravez de la venta de carbón, cosa que nos a ido bastante bien.
Cada mañana, pocos minutos antes de que el sol salga, nuestro deber a sido el estar camino al pueblo, con la carreta llena de carbón. En total, e logre recaudar unas 400 monedas del sistema, siendo un total de 60000 yenes.
Sistema ¿Es verdad que puedes transformar las monedas que tengo a yenes japoneses no?
"Si, es posible, pero debe saber que no podrá volver esos yenes a dinero del sistema cuando el proceso esté terminado."
No importa, de cualquier manera, será una gran ayuda. Convierte todo el dinero a yenes japoneses.
Tras la transformación de dinero, junto a los sesenta mil yenes, nuestra ganancia escalo a setenta mil quinientos yenes, y sin contar con los gastos, e logrado ahorrar suficiente dinero.
¨Si que vendimos mucho hoy ¿No te parece Tanjiro?¨
¨¡Si, tienes razón, mamá estará muy feliz!¨
La sonrisa de Tanjiro era muestra del buen trabajo que habíamos realizado, cosa que logro tranquilizar un poco mis inquietudes respecto al bienestar de la familia.
¨Si, tienes razón...pero sabes, tengo entendido que mañana es el cumpleaños de nuestra madre ¿Te gustaría acompañarme mañana temprano para comprarle algo bonito?¨
¨!Por supuesto, quiero poder ayudarte en todo lo que pueda!¨
Con una sonrisa en mi rostro toque ligeramente el cabello del niño, jugando por unos segundos, causando la leve molestia del pequeño.
¨Bueno, será mejor ir a casa antes del anochecer, dicen que es peligroso andar por el bosque en las noches.¨
El camino era largo para llegar a nuestro hogar, la noche se había imprecando por completo dejando a cada persona desafortunada al ataque de los demonios.
Cuando llegamos a casa las luces se encontraban aun prendidas, pero no había señal de que alguien estuviera despierto.
Con suma cautela deje a Tanjiro dormir junto a los demás, y buscando en la casa a mi madre termine encontrándola durmiendo en uno de los asientos de la sala.
Parece que se durmió esperándonos...
Fue lo primero que se me vino a la cabeza, al ver aquella mujer tan amable.
Sacando una cobija de la habitación, la coloque sobre el cuerpo de mi madre para que no pasara frío, y habiendo hecho eso guarde la carreta y las canastas dentro de la casa.
De pronto, deje caer inconscientemente una de las canastas que llevaba, quedándome petrificado.
El aire frio recorrió mi espalda, provocando un sudor frío, al sentir una presión en la atmosfera capaz de dejar a cualquiera sin aliento.
¨¿Eh? ¿¡Quién es!?¨ Dije lanzando una de las canastas en mano sobre unos arbustos, del cual salió corriendo un pequeño conejo blanco con unos aterradores ojos rojos.
¨Un conejo...parece que estoy muy tenso.¨
Con rapidez cerré las puertas de la casa y me dirigí a la sala para llevar a mi madre a su habitación, pues la misteriosa presencia se había disipado.
Sin embargo, Cuando estaba a punto de dar un paso más mi radar comenzó a volverse loco de un momento a otro.
Gruñi por lo bajo, a la vez que intentaba cerrar mis oídos con ambas manos.
¡Que pasa!
Ante el desespero comencé a buscar como loco con la mirada la presencia que había perturbado mi tranquilidad, pero no había indicios de peligro, siendo la única prueba de que alguien nos acechaba mi propio radar, el cual mostraba como el individuo se encontraba a tan solo treinta metros de mi.
!Peligro....Peligro.....Peligro¡
Se escuchaba una y otra vez en mi cabeza resaltándose en letras rojas
Sistema...que está pasando, nunca había aparecido un mensaje como este.
"El radar ha detectado una presencia con una tasa de mortalidad alta para el anfitrión, por ende, se activó la alarma de peligro."
¿Qué...sera acaso un demonio?
"¿Desea activar el modo pánico?"
¿Modo pánico? !Claro que no, lo último que necesito es entrar en pánico¡
Con cuidado Sali de la seguridad de mi hogar, y comencé a caminar por la nieve en busca de la presencia que perturbaba mi seguridad y la de mi familia, con hacha en mano manteniendo el radar siempre activo.
No tarde mucho tiempo para estar a tan solo quince metros de la persona, fue ahí donde comencé a notar las grandes cantidades de sangre pintando la nieve.
Siguiendo con la mirada en donde terminaba el camino de sangre se veía a la lejanía un ser humanoide lleno de múltiples cortes.
Un demonio...
Su aspecto era espantoso, piel de un tono grisáceo, oídos de murciélago en lugar de ojos, y múltiples hoyos en ambos brazos.La criatura se encontraba tendida de uno de los árboles con la gran parte de su pierna derecha cortada, aquella cosa se había arrastrado hasta ese árbol.
Con cautela intente retroceder rumbo a la casa para estar más seguro, pero en tanto mis pies hicieron el mínimo ruido posible al rozar con la nieve, un grito termino paralisandome.
¨!Quien anda ahí¡¨
Permanecí callado ante la pregunta del demonio por el pánico que sentía, sin atreverme a mirarlo.
¨!No creas que no te oí, sé que estas cerca¡¨
Quería gritar del miedo por como el demonio tras una mueca de esfuerzo acababa de regenerar al instante gran parte de sus heridas y comenzaba a mover las orejas de par en par, pero la idea de atraerlo con mi familia simplemente me impidio el hacerlo.
Como pude tape mi boca con ambas manos, dándolo todo para mantener la calma lo máximo que pudiera.
Poco a poco comencé a retroceder sin mirar a otro lugar que no fuera mi casa.
La visión no era para nada buena por la gran cantidad de nieve, sumada a la oscura noche a falta de luna llena, pero conocía a la perfección el camino.
De pronto, el sonido de una rama cuando se rompe termino disipando el silencio formado hace tan solo segundos, provocando un suspiro ahogado por mi parte.
Volví mi mirada atrás mio, encontrándome con la bendita rama que había revelado mi ubicación.
¨¡Ahí estas!¨
Para cuando intente escapar, se escucho gritar al demonio una peculiar sucesión de palabras.
¨¡Arte de sangre demoniaca: Absorción del espacio!
¨!Carajo¡¨
Con toda la velocidad posible me moví de mi lugar, el cual en una fracción de segundo había sido consumida por...¿Un agujero negro?