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Chapter 4 - Capitulo 4:Frente al Comité ,adiós ejército.

Cinco meses después de aquella revelación en la tienda, me encontraba sentado en una sala de conferencias del ejército, enfrentándome a un comité de altos mandos. Había dos generales en el centro y diez oficiales y capitanes a su alrededor, todos revisando documentos mientras yo observaba a mi alrededor. El ambiente era tenso, cargado con el peso de las decisiones que se tomarían en ese momento.

"¿Y bien? ¿Ya puedo irme?" pregunté con una sonrisa irónica, rompiendo el silencio.

Uno de los generales levantó la vista de los papeles y me dirigió una mirada severa. "Capitán Miller, o más bien dicho, John Miller, ¿sabe la gravedad de los cargos a los que se enfrenta? Falsificación de datos, ingreso ilegal a instalaciones militares sin permiso acorde a su edad, despliegue en zona de guerra no permitida para menores."

Me recosté en la silla y respondí, "Bueno, eso es culpa de ustedes, no mía. Sus filtros son débiles, a mi parecer, para que un joven pueda pasarlos fácilmente." Solté una risa sarcástica.

La reacción fue inmediata. Los oficiales hicieron expresiones de enojo, pero el general continuó hablando. "35 misiones completadas, 10 en solitario, 20 en pelotón y 5 en archivos clasificados. Sin contar con la misión Black Ops en Afganistán y el posterior asesinato del conocido terrorista Osama bin Laden. Si no fuera por la investigación de antecedentes y el descubrimiento de documentos falsos, estaría recibiendo una medalla directamente del presidente, tomando en cuenta sus logros militares previamente mencionados."

Todos me observaron con asombro, excepto los generales y otros dos oficiales que claramente ya estaban al tanto de esta información. "Se le dio una consideración especial permitiendo este jurado. Se me informa que tiene información que puede ayudar a su caso y beneficiarnos a ambos."

Sonreí, consciente del efecto que estaba causando. "Claro que sí, general. No habría solicitado la presencia de todos ustedes aquí si no supiera que nos beneficiaría. O claro, salvarme el trasero," añadí con una carcajada.

Me levanté de la silla y caminé hacia el frente de la sala, sacando tres portafolios de mi maletín. Los coloqué sobre la mesa frente al general. "Aquí tienen. Uno dice 'Software de Seguridad', el segundo es 'Chalecos Antiproyectiles' y el tercero 'Comunicaciones'."

El general tomó el primer portafolio y lo abrió, ojeando rápidamente el contenido antes de mirar a los demás oficiales. "Bueno, esto podría ayudarle a salir sin problemas," dijo, aunque su tono de voz no prometía nada.

"Permítame explicarles," dije, señalando el primer portafolio. "Este software de seguridad es un sistema de encriptación y monitoreo que he desarrollado. Es capaz de detectar y neutralizar amenazas cibernéticas con una eficiencia superior a cualquier tecnología actual. Además, puede integrarse fácilmente en los sistemas ya existentes del ejército, mejorando la seguridad sin necesidad de una reestructuración completa."

Los oficiales murmuraron entre ellos mientras el general examinaba el documento más de cerca. "Impresionante," admitió finalmente. "¿Y los otros dos?"

"El segundo portafolio contiene el diseño de chalecos antiproyectiles de nueva generación. Son más ligeros, más resistentes y ofrecen una mayor protección contra una amplia variedad de municiones y explosivos. He utilizado materiales avanzados y técnicas de fabricación innovadoras para asegurar que nuestros soldados tengan la mejor protección posible en el campo de batalla."

El general asintió, evidentemente intrigado. "¿Y el tercero?"

"El tercer portafolio," dije, señalando el documento, "describe un sistema de comunicaciones revolucionario. Utiliza frecuencias de radio y satélite para garantizar una conexión segura y sin interrupciones, incluso en las condiciones más adversas. Esto no solo mejorará la coordinación en el campo de batalla, sino que también reducirá significativamente el riesgo de intercepciones por parte del enemigo."

El general cerró los portafolios y los dejó sobre la mesa. "Es evidente que tiene un talento excepcional, Miller. Pero la gravedad de sus acciones no puede ser ignorada. Este comité debe considerar cuidadosamente cómo proceder."

"General, con todo respeto, mi intención nunca fue causar problemas. Solo quería servir a mi país y utilizar mis habilidades para hacer una diferencia. Sé que mis métodos no fueron ortodoxos, pero los resultados hablan por sí mismos. Y ahora, estoy ofreciendo tecnología que puede cambiar el curso de nuestras operaciones militares. Todo lo que pido es una oportunidad para seguir contribuyendo."

Los generales me observaron con una expresión pensativa, luego se volvieron hacia los otros oficiales. "Necesitamos deliberar. Miller, espere afuera mientras tomamos una decisión."

Asentí y salí de la sala, dejando que la puerta se cerrara detrás de mí. El pasillo estaba desierto y silencioso, un contraste marcado con la tensión de la sala de conferencias. Me apoyé contra la pared y cerré los ojos, repasando en mi mente los últimos meses.

Cinco Meses Atrás

Después de mi investigación inicial y la creación de los planos, había comenzado a trabajar en varias innovaciones. Mi conocimiento técnico, combinado con los recursos del ejército, me permitió desarrollar prototipos de armamento y equipos de defensa avanzados escapando de la vista de los superiores. Cada misión que completaba no solo me ganaba respeto y reconocimiento, sino que también me proporcionaba la oportunidad de probar y perfeccionar mis diseños.

La guerra nunca es buena y vivirla de primera mano es increíblemente difícil sabes al llegar aquí todo fue como si pensara que todo estaba solucionado que solo comenzaría a tener amigos una familia y todo en un mundo perfecto, pero tan solo la primera misión después de descansar fue un total infierno

Bagdad 2 de febrero del 2008 barrio exterior

El sol se ocultaba lentamente detrás de los edificios destrozados de Bagdad, lanzando sombras largas y oscuras a través de las calles desiertas. El pelotón avanzaba con cautela, el Capitán Stone a la cabeza. John y sus compañeros, Anthony y Dónovan, se mantenían alerta mientras se adentraban en un barrio silencioso, donde las huellas de la guerra eran evidentes en cada rincón.

"Es increíblemente tranquilo aquí," comentó John con sarcasmo mientras miraba a su alrededor. "Casi puedo escuchar los grillos."

"Prefiero los grillos a una emboscada," replicó Dónovan, esbozando una sonrisa tensa.

" Manténganse concentrados," ordenó el Capitán Stone en tono firme, cortando cualquier conversación.

"John, ¿cómo te sientes respecto a esto?" preguntó Anthony, su mirada fija en el camino por delante.

"No sé, Anthony. A veces me pregunto si estamos haciendo lo correcto," respondió John, con un suspiro.

"Todos nos lo preguntamos," dijo Anthony. "Pero recuerda, estamos aquí para protegernos unos a otros."

Rogers solo escucho tranquilamente sin hablar ni una sola palabra.

"Sí, supongo que tienes razón," murmuró John, todavía dudoso.

"Ey, John, después de esto, te invito una cerveza," añadió Dónovan, tratando de aliviar la tensión. "Tal vez podamos olvidar por un momento dónde estamos."

"Cuenta conmigo," respondió John, esbozando una sonrisa débil.

"Vamos, chicos. Manténganse concentrados no lo diré de nuevo," repitió el Capitán Stone, cortando cualquier conversación. "Esto aún no ha terminado."

El grupo llegó a una casa que parecía en mejores condiciones que las demás. El Capitán Stone dio una señal y todos se prepararon para entrar. Con las armas listas, John, Anthony y Dónovan siguieron al capitán adentro.

El interior de la casa estaba en penumbra, los muebles cubiertos de polvo y escombros. Avanzaron con cautela, revisando cada habitación hasta que encontraron a una familia acurrucada en la sala de estar: un hombre, una mujer, una niña pequeña y un niño de unos diez años. La familia empezó a hablar en árabe rápidamente, el miedo evidente en sus ojos.

John, entendiendo lo que decían, levantó una mano en señal de paz. "Calma, no venimos a hacerles daño. Solo necesitamos revisar la casa y nos iremos."

"¿Estás seguro de que es seguro?" preguntó Anthony, su mirada fija en el niño.

"Sí, parecen asustados, pero no peligrosos," respondió John.

"Espero que tengas razón," murmuró Dónovan, sin bajar la guardia. "No quiero sorpresas desagradables ya ha pasado antes."

"¿Por qué estamos perdiendo tiempo aquí? Solo revisemos y sigamos adelante," sugirió Anthony, impaciente.

"No podemos dejar ninguna casa sin revisar," contestó Stone. "Podrían tener algo escondido."

"Solo revisaremos la casa y nos iremos," repitió John en árabe, tratando de transmitir tranquilidad.

"¡Manténganse alerta!" insistió el Capitán Stone, mirando a todos con severidad. "registrare el siguiente cuarto."

"John, ¿alguna vez has visto algo así?" preguntó Dónovan, mirando a la familia con desconfianza.

"No, nunca. Pero siempre hay una primera vez para todo," respondió John.

"Esto me recuerda a una misión anterior. Las cosas parecían tranquilas, pero todo cambió en un instante," comentó Anthony, susurrando para que solo John y Dónovan lo escucharan.

"Esperemos que no sea el caso aquí," dijo John, sintiendo una inquietud creciente.

De repente, la madre susurró algo al niño y este salió corriendo hacia John y los demás con una granada de mano en su pequeño puño el capitán regresaba dl cuarto continuo cuando observo todo de frente a unos 5 metros de ellos.

"¡Muévete!" gritó Anthony, empujando a John fuera del camino justo cuando el Capitán Stone disparó al niño. La granada cayó al suelo y explotó a unos metros de ellos.

La explosión fue ensordecedora. John fue empujado fuera del camino por Anthony, quien se interpuso para protegerlo. Al abrir los ojos, John vio a Anthony gravemente herido, sangre manando de múltiples heridas.

"Gracias por ayudar a mi hermano a regresar," susurró Anthony con dificultad. "Creo que no lo sabes, pero fue uno de los que trajiste de regreso antes. Sé que es de mala educación, pero podrías ayudarme... a regresar también... Mi madre me espera en casa..."

Las palabras de Anthony se desvanecieron y murió en los brazos de John. El polvo se asentaba y el Capitán Stone, con una expresión fría y sin emociones, apuntó al resto de la familia. El padre sacó un arma y la madre empuñó un cuchillo, pero fueron abatidos rápidamente por los compañeros que ingresaron en la casa. La única superviviente era la niña pequeña, de unos seis años, llorando en la puerta.

(Maldición, ¿fue mi culpa? Confié demasiado en ellos... ¿Podría Anthony estar vivo? Tal vez siempre es mejor dudar el ser humano siempre miente, vamos tranquilízate, John, ya viste a la muerte antes no es para tanto levántate.)

John, aún aturdido por la explosión y el shock de perder a Anthony, observó la devastación a su alrededor. Las paredes estaban perforadas con agujeros de bala, muebles destrozados y el suelo cubierto de escombros. El Capitán Stone, imperturbable, continuó con la misión.

"¡Dónovan, asegúrate de que la casa esté despejada!" ordenó el Capitán Stone.

"Sí, señor," respondió Dónovan, moviéndose con rapidez por el lugar.

John miraba a su alrededor, viendo el cuerpo sin vida de Rogers que había sido alcanzado por la explosión. El tiempo parecía haberse detenido mientras observaba la escena, incapaz de procesar la brutalidad de lo que acababa de suceder.

"John, enfócate," dijo el Capitán Stone con una voz más suave pero firme. "Tenemos una misión que completar."

"¿Cómo puedes ser tan frío?" preguntó John, su voz temblando. "Acabamos de perder a dos compañeros podemos tomarnos un minuto por ellos."

"No tenemos tiempo para emociones, John. La misión es lo primero," respondió el Capitán Stone, sin apartar la vista de su objetivo.

"Pero... ellos eran nuestros amigos merecen más que solo esperar a acabar la misión," murmuró John, sintiendo la ira y la tristeza mezclarse en su interior. "¿No significa nada para ti?"

"Significan mucho, pero debemos mantenernos enfocados eran soldados al igual que tú lo eres están preparados para dar la vida por su país tu deberías entenderlo mejor que nadie," replicó el Capitán Stone. "Ahora, sigue adelante."

"Lo que dice el capitán es cierto," dijo Dónovan con voz entrecortada. "Debemos seguir, por ellos."

John asintió lentamente, forzándose a levantarse. Siguió al Capitán Stone y a los demás por la casa, registrando cada habitación con meticulosidad. Finalmente, llegaron a un cuarto al final de un pasillo adyacente, donde encontraron explosivos debajo de una cama en un compartimiento secreto.

"Por suerte, la granada no los activó," murmuró Dónovan, visiblemente aliviado.

"¡Santos, Kline! Asegúrense de que los explosivos estén bien asegurados antes de moverlos," ordenó el Capitán Stone. "No quiero sorpresas desagradables en el camino de regreso."

"Entendido, señor," respondió Santos, arrodillándose para inspeccionar los explosivos con cuidado.

"¿Todo en orden?" preguntó Kline, vigilando la puerta.

"Sí, parecen estables," respondió Santos. "Pero necesitaremos transportarlos con mucho cuidado."

"Bien, procedan con cuidado," dijo el Capitán Stone. "John, tú y Dónovan cubran la retaguardia mientras movemos esto."

"Entendido," respondió John, tomando su posición junto a Dónovan.

Después de asegurarse de que los explosivos estaban a salvo, el pelotón salió de la casa. La niña pequeña fue asignada a dos soldados para llevarla a un campamento de refugiados, y John supo que nunca la volvería a ver. El explosivo fue guardado en el vehículo adecuado y todos subieron a los Humvees para regresar al campamento.

En el camino de regreso, John, con la mirada perdida, contemplaba el atardecer por la ventana del Humvees. El Capitán Stone, al notar su estado, comentó con voz grave, "Así es la guerra, muchacho. Acostúmbrate. Aquí, todos pueden ser animales."

El viaje de regreso fue silencioso, solo el ruido del motor y el crepitar de las radios llenaban el aire. El sol finalmente se ocultó, sumiendo al paisaje en la oscuridad mientras John reflexionaba sobre la brutal realidad de la guerra y la frágil naturaleza de la vida humana al llegar al campamento después de llevar los protocolos correctos para la misión la mayoría se sentó alrededor de una fogata improvisada dando un pequeño tiempo para dar palabras para sus compañeros caídos con mis pensamientos aun en mi cabeza tome una guitarra de la cama de Anthony al parecer le gustaba tocaren tiempos libres me acerque a la fogata tomando asiento y solo podía pensar en tocar una melodía que apareció en mi cabeza de pronto:

 

Oh, Father, tell me, do we get what we deserve?

Oh, we get what we deserve

And way down we go-o-o-o-o

Way down we go-o-o-o-o

Say way down we go

Way down we go

Woah, you let your feet run wild

Time has come as we all fall, go down

Yeah, but for the fall, my

Do you dare to look 'em right in the eyes? Yeah

Oh, 'cause they will run you down, down 'til the dark

Yes, and they will run you down, down 'til you fall

And they will run you down, down 'til you go

Yeah, 'til you can't crawl no more

And way down we go-o-o-o-o

Oh, way down we go

Say way down we go

Cause they will run you down, down 'til you fall

Way down we go, ooh

Oh, 'cause they will run you down, down 'til you fall

Oh, way down we go

Uh-uh-uh-uh-uh-uh-uh

Uh-uh-uh-uh-uh-uh-uh

Uh-uh-uh-uh-uh-uh-uh

Uh-uh, uh

Uh-uh-uh-uh-uh-uh-uh

Uh-uh-uh-uh-uh-uh-uh

Uh-uh-uh-uh-uh-uh-uh

Uh-uh

Oh, baby, yeah

Wow, baby, ah, ah

Baby, ooh

Way down we go

Yeah

And way down we go-o-o-o-o

Way down we go

Say way down we go, ooh

Way down we go

 

Con el tiempo me acostumbre a toda la guerra después de 10 misiones tuve otro ascenso teniendo a hombres a mi cargo en mi mente siempre rondaba esa primera misión me prometí nunca volver a dejar que pasara esto fui firme y siempre duro, pero justo en cada misión.

Había reunido un pequeño grupo de soldados que confiaban en mí y en mis habilidades después de muchas misiones juntos. Ellos casi me adoraban, sabiendo que, si yo estaba en la misión, nadie moriría y había una tasa de cumplimiento del 100 por ciento. Me observaban como un símbolo de seguridad y éxito en cada misión.

De Vuelta al Presente

El sonido de la puerta abriéndose me sacó de mis pensamientos. Un teniente asomó la cabeza y me hizo un gesto para que volviera a entrar. Tomé una respiración profunda y regresé a la sala de conferencias.

Los generales se pusieron de pie, con una expresión seria pero no del todo hostil. "Miller, hemos considerado su caso y las implicaciones de sus acciones. Aunque lo que ha hecho es extremadamente grave, también reconocemos el valor de sus contribuciones y su potencial para seguir ayudando a nuestro país."

Los otros oficiales asintieron en silencio, algunos todavía con reservas, pero evidentemente convencidos por los argumentos de los generales.

"Por lo tanto, hemos decidido no presentar cargos en su contra. Sin embargo, no podemos permitir que continúe en el ejército debido a las circunstancias. Al no poder borrar sus logros o nombres de los archivos, a partir de ahora, John Miller morirá."

Me quedé en silencio, esperando a que el general continuara.

"Crearemos una nueva identidad para usted y será repatriado a los Estados Unidos. Se le concederá un estipendio de diez millones de dólares por sus servicios a su país y su lucha contra el terrorismo. Además, debemos llenar el vacío legal para quedarnos con los proyectos sin alguna demanda de su parte."

Asentí, comprendiendo las implicaciones. No podía seguir en el ejército, pero al menos me daban una salida digna y recompensada. "¿Y qué pasa con los soldados que trabajaron conmigo?"

"Ellos seguirán en servicio, pero su conexión con usted será borrada de los registros. Serán informados de su 'muerte en acción' y de que sus proyectos continuarán bajo supervisión militar."

"Entendido, general. Acepto sus términos."

"Bien," dijo el general, extendiendo su mano. "Espero que pueda cumplir con nuestras expectativas, Miller. Por el bien de todos."

Apreté su mano, sintiendo una mezcla de alivio y determinación. Había logrado evitar lo peor, pero sabía que mi camino no sería fácil. Tendría que demostrar mi valía una y otra vez, pero estaba listo para el desafío.

"Una cosa más, Miller," agregó el general mientras me soltaba la mano. "Sus innovaciones deben ser exclusivas para nuestras fuerzas. No queremos que esta tecnología caiga en las manos equivocadas."

"Entendido, general. Esta experiencia ha sido reveladora. Me he dado cuenta de que quiero vivir mi vida al máximo."

El general asintió y, con un gesto, me indicó que podía retirarme. Salí de la sala de conferencias con una sensación de logro y una renovada determinación. Este era un nuevo comienzo para mí, y aunque el camino estaba lleno de obstáculos, estaba listo para enfrentarlos.

Mientras caminaba por el pasillo, un oficial me detuvo. "Miller, antes de que se vaya, necesitamos su sugerencia para su nueva identidad."

Me detuve un momento y lo pensé. "Michael Anthony Stark. Nacido en Texas, con residencia en Los Ángeles."

El oficial levantó una ceja, sorprendido por mi solicitud, pero asintió. "Lo haremos. Buena suerte."

Salí del edificio con una sonrisa en el rostro, sabiendo que, aunque John Miller había muerto, Michael Anthony Stark estaba a punto de comenzar una nueva e increíble aventura.

"Un nuevo comienzo," murmuré para mí mismo mientras me alejaba. "Nueva vida, nuevos pensamientos. Y quién sabe, quizás incluso aportando algunas mejoras al ambiente para no sentirme culpable. Pero por ahora, a disfrutar de la vida al máximo."

Con un último vistazo al edificio del ejército, me alejé, listo para enfrentar lo que fuera que el futuro tuviera reservado para mí.