Chereads / Reborn as the Supreme Sorceress in a Male-Dominated World / Chapter 3 - Capítulo 3: El Misterioso Encuentro

Chapter 3 - Capítulo 3: El Misterioso Encuentro

La mañana siguiente comenzó temprano para Aria. El sonido de los pájaros cantando la despertó antes del amanecer. Se estiró, sintiendo el vigor renovado en su cuerpo. Sabía que, para seguir ganándose la confianza de los aldeanos y fortalecerse, debía continuar aprendiendo sobre su entorno y perfeccionando sus habilidades.

Después de un desayuno sencillo pero nutritivo en la posada, decidió explorar más allá del pueblo. Recordó las palabras de los aldeanos sobre los peligros en los bosques y montañas cercanas. Era hora de enfrentarse a esos desafíos y ver hasta dónde llegaban sus habilidades mágicas.

Armada con una mochila llena de provisiones y un bastón que había encontrado en el bosque el día anterior, Aria se dirigió hacia el norte, donde se decía que se encontraban las montañas y la misteriosa hechicera. La caminata fue larga, pero el paisaje era impresionante. El aire fresco de la mañana y el aroma de los pinos llenaban sus pulmones, dándole una sensación de paz y propósito.

Mientras avanzaba, Aria practicaba sus hechizos. Conjuraba pequeñas bolas de fuego, manipulaba el agua del río cercano y probaba su capacidad de comunicarse con los animales del bosque. Descubrió que podía convocar a pequeñas criaturas, como ardillas y pájaros, que respondían a sus llamados con curiosidad y sin miedo. Estos nuevos amigos le proporcionaban información valiosa sobre los alrededores, ayudándola a evitar posibles peligros.

A medida que el día avanzaba, Aria comenzó a notar cambios en el terreno. El bosque se hacía más denso y oscuro, y el aire se volvía más frío. Finalmente, llegó a un claro en el bosque, donde los árboles se abrían para revelar una vista impresionante de las montañas que se alzaban majestuosas a lo lejos.

Decidió hacer una pausa y prepararse para lo que podría encontrar en las montañas. Encendió un pequeño fuego y preparó una comida rápida, reflexionando sobre lo que había aprendido hasta ahora. Sabía que debía estar alerta y lista para cualquier cosa. Las historias sobre la hechicera en las montañas podrían ser solo rumores, pero también podían contener alguna verdad.

Mientras estaba inmersa en sus pensamientos, escuchó un ruido detrás de ella. Se levantó rápidamente, su bastón listo para la acción. De entre los árboles emergió una figura encapuchada, moviéndose con una gracia y silencio que indicaban un entrenamiento considerable.

"Tranquila," dijo la figura con una voz suave y tranquila. "No vengo a hacerte daño."

Aria relajó su postura ligeramente, pero mantuvo su guardia. "¿Quién eres?" preguntó, su voz firme.

La figura se quitó la capucha, revelando el rostro de una mujer joven con ojos verdes y cabello negro largo y ondulado. Su vestimenta era sencilla pero elegante, y llevaba varios amuletos alrededor del cuello. Había algo en ella que irradiaba poder y sabiduría.

"Mi nombre es Elara," dijo la mujer. "He estado observándote, Aria. Tus habilidades son notables para alguien tan nuevo en este mundo."

Aria se sorprendió de que la mujer conociera su nombre. "¿Cómo sabes quién soy?"

Elara sonrió misteriosamente. "Hay pocas cosas en este mundo que escapan a mi atención. Sé que no eres de aquí y que tu poder es considerable. Pero también sé que necesitas orientación."

Aria sintió una mezcla de desconfianza y curiosidad. "¿Y por qué habrías de ayudarme?"

"Porque veo un gran potencial en ti," respondió Elara, dando un paso adelante. "Y porque este mundo necesita a alguien como tú. He oído las historias de una poderosa hechicera en las montañas. Esa hechicera soy yo."

La revelación dejó a Aria sin palabras por un momento. Había encontrado a la hechicera mucho más rápido de lo que había anticipado. "¿Qué quieres de mí?" preguntó finalmente.

"Quiero ofrecerte mi ayuda," dijo Elara. "Puedo enseñarte a controlar y expandir tus poderes. Pero a cambio, necesitaré tu ayuda para enfrentar una amenaza que se avecina sobre este mundo."

Aria consideró la oferta. Sabía que necesitaría toda la ayuda posible para entender y dominar sus habilidades. Además, si había una amenaza real, era su responsabilidad ayudar a combatirla. "¿Qué clase de amenaza?" preguntó.

Elara miró al horizonte, hacia las montañas. "Una oscuridad antigua, algo que se ha despertado después de siglos de letargo. Solo aquellos con gran poder pueden detenerlo, y creo que juntos tenemos una oportunidad."

Aria asintió lentamente. "Acepto tu oferta. Enséñame lo que sabes, y haré todo lo posible para ayudar a enfrentar esta amenaza."

Elara sonrió, una sonrisa que irradiaba esperanza y determinación. "Entonces, comencemos. Hay mucho que aprender y poco tiempo."

Pasaron las siguientes semanas en un intenso régimen de entrenamiento. Elara le enseñó a Aria cómo canalizar su magia con precisión y poder, cómo utilizar los elementos a su favor y cómo protegerse de ataques mágicos. Aria también aprendió sobre la historia del mundo, las criaturas que lo habitaban y las antiguas leyendas que podrían ser clave para enfrentar la oscuridad venidera.

Durante una de sus sesiones de entrenamiento, Elara le habló sobre los artefactos antiguos que podrían ayudarles en su misión. "Hay tres artefactos escondidos en diferentes partes del mundo," explicó. "Cada uno contiene un poder único que podemos usar contra la oscuridad. Debemos encontrarlos antes de que caigan en las manos equivocadas."

Aria se comprometió a ayudar en la búsqueda de estos artefactos. Sabía que este sería un viaje largo y peligroso, pero estaba decidida a hacer lo necesario para proteger su nuevo hogar.

Una tarde, mientras practicaban en el claro, una figura apareció en la distancia. Era un hombre alto y musculoso, vestido con una armadura ligera. Tenía una expresión severa y sus ojos brillaban con determinación. "Elara," dijo en un tono que dejaba claro que no estaba allí para una visita social. "Tenemos problemas."

Elara se volvió hacia él con una expresión de preocupación. "¿Qué sucede, Cedric?"

Cedric, que resultó ser un aliado y viejo amigo de Elara, explicó que habían visto señales de actividad oscura en las tierras al sur. "Grupos de bandidos y criaturas extrañas han estado atacando aldeas. Sospechamos que están siendo controlados por una fuerza mayor."

Aria escuchó con atención, sintiendo un nudo de preocupación formarse en su estómago. "Debemos actuar rápidamente," dijo Elara. "Cedric, tú y Aria irán a investigar mientras yo busco más información sobre los artefactos."

Aria asintió, preparada para la misión. "Vamos, Cedric," dijo, recogiendo sus cosas. "Tenemos un largo camino por delante."

Cedric la miró con aprobación. "Eres valiente, Aria. Pero recuerda, no subestimes a tus enemigos. La oscuridad es más peligrosa de lo que parece."

Con esa advertencia en mente, Aria y Cedric emprendieron su viaje hacia el sur. Mientras caminaban, Cedric le contó más sobre las amenazas que enfrentaban y la importancia de los artefactos que buscaban.

"La oscuridad no es solo una fuerza física," dijo Cedric mientras caminaban. "Es una entidad que corrompe y destruye. Debemos estar preparados para enfrentarnos a lo peor."

A medida que se acercaban a su destino, Aria sentía una mezcla de emoción y miedo. Sabía que estaba a punto de enfrentarse a desafíos que nunca había imaginado, pero también sabía que tenía el poder y la determinación para superarlos.

Finalmente, llegaron a una aldea destruida, sus casas quemadas y los campos arrasados. Los pocos sobrevivientes que quedaban se escondían, temerosos de más ataques. Aria sintió una profunda tristeza y enojo al ver la devastación.

"Debemos encontrar a los responsables y detenerlos," dijo con determinación.

Cedric asintió. "Y lo haremos. Pero primero, debemos asegurarnos de que los aldeanos estén a salvo."

Pasaron los siguientes días ayudando a los aldeanos a reconstruir sus hogares y organizando defensas para futuros ataques. Aria usó su magia para curar a los heridos y reforzar las defensas del pueblo, ganándose la gratitud y el respeto de todos.

Pero sabía que esto era solo el comienzo. La verdadera batalla aún estaba por delante, y debía estar preparada para enfrentarse a cualquier cosa que la oscuridad arrojara en su camino.

Con cada día que pasaba, Aria se sentía más fuerte y segura de sí misma. Estaba lista para enfrentar los desafíos que venían y usar su poder para proteger a los inocentes. Sabía que tenía mucho que aprender y mucho que hacer, pero estaba decidida a cumplir con su destino.

Mientras el sol se ponía en el horizonte, Aria se preparó para el próximo paso de su viaje. Sabía que no estaba sola y que, con la ayuda de sus nuevos amigos y aliados, podía enfrentar cualquier cosa.

El viaje de Aria en este nuevo mundo apenas comenzaba, y aunque los desafíos eran grandes, su determinación era aún mayor. Con su corazón lleno de esperanza y su espíritu fortalecido, estaba lista para enfrentar la oscuridad y traer la luz de vuelta a este mundo.