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Chapter 9 - Recuerdos vividos 6

Por unos de los caminos que conecta una aldea con otra en el territorio Lihyan, se podía ver como una mujer hermosa vestida con túnicas moradas corría detrás a un pequeño que escapaba de ella, el pequeño vistiendo igual que la mujer, mientras un hombre con túnicas iguales caminaba tranquilamente detrás de ellos con una katana en las manos viéndolos jugar con una sonrisa en el rostro.

"¡No!, ¡mama ya soy lo suficientemente grande, puedo caminar solo, no necesito que me cargues!", Medio gritaba Ru de forma nerviosa mientras escapaba de las garras de su madre, aunque ya había cumplido siete años hace dos meces, su madre seguía tratándolo como si tuviera tres.

'Aunque no me molesta que sea tan pegajosa en casa, en publico es otra cosa', Ru pensaba, mientras esquivaba los ataques de su madre, con los brazos en formas de pinzas se abalanzaba detrás de el haciéndolo utilizar todos sus esfuerzos para no quedar atrapado en ellos.

"Fu fu fu, que dices cariño, para mama siempre serás su niño pequeño", dijo Fa mientras con gran velocidad desaparecía de la visión de Ru.

'¡A!, ¡¿adonde se fue?!', Ru desconcertado por la desaparición de su madre, comenzó a mover la cabeza de forma rápida hacia todos lados, intentado descubrir a donde se había ido, donde al cabo de unos segundos sintió un escalofrió que venia de su espalda, haciendo que sus instintos le alertaran que estaba detrás suyo, incitándolo a que saltara hacia delante para escapar, pero ya era demasiado tarde, cuando sin saberlo ya estaba siendo cargado por ella, donde Fa, con felicidad estaba frotando sus mejillas con las de el.

"Crees que podías escapar de mi Ru, Aun te falta volverte mas fuerte para eso", Con voz burlona y triunfante de haberlo atrapado le hablo, haciendo que Ru solo pudiera rendirse a caer prisioneros en los brazos de su madre, aceptando su destino con un suspiro.

"Ha Ha Ha, otra derrota en las manos de tu madre Ru", Kian riendo dijo, donde Ru, decidiendo no tocar ese tema tabú para el, cambio de tema.

"¿De verdad hace falta que asistamos a la fiesta?, ¿no podemos simplemente felicitar a Liz sin participar en ella?"

"Claro que si, aunque seamos bastantes permisivos con tus deseos de no ir a lugares con mucha gente, recuerda Ru, en un futuro serás unos de los lideres de tu raza, debes de ir acostumbrándote a las celebraciones de la aldea", respondió Kian de forma tranquila, haciendo que Ru pusiera una cara de desgana.

Besando las mejillas de su hijo Fa dijo, "Fu fu fu, cariño no pongas esa cara, también hemos cumplido tus deseo de que gran parte de tus cumpleaños no lo celebráramos con todo el pueblo, así que vamos, pon una sonrisa en esa linda carita tuya, vamos a participar en la celebración por el cumpleaños numero quince de Liz, debemos mostrar nuestra buena fe delante del pueblo, aparte, se que ella estará feliz de tu asistencia".

'Ahhhh, aunque lo se, no me gusta nada las fiestas, también se que a Liz le pondrá feliz mi participación...', pensó Ru mientras se enfocaba en sus recuerdos.

El día después del nacimiento de Ru

Ya caída la noche, donde la luna mas brillante de lo normal intentara atraer con su luz la atención de algo, alumbraba las tierras de la raza Lihyan. En unos de sus pueblo normalmente simple en sus diseños, fue decorado con faroles donde en ellos había dibujado algo parecido de a la combinación de un dragón y un lobo, alumbraban las calles dándole un ambiente festivo, donde familias celebraban felizmente en todas las calles del pueblo y en el centro, al frente de la casa del líder, reunidos, estaban sentados con una cuna en medio todos los lideres con sus esposas y hijos y frente a ellos el resto del pueblo bebían y comían alegremente, mientras al lado de ellos no muy lejos sonaba música producida por tambores hechos con piel y bailarinas que se movían al ritmo de ellos.

En la cuna, acostado, se podía ver a Ru, mirando con interés a la luna, estirando sus pequeñas manos hacia ella, como si quisiera tocarla. Pero ese momento de paz del pequeño fue interrumpido cuando de su vista fue bloqueada por la cara de una niña de unos ocho años, que con una mirada juguetona en su rostro cogió al pequeño y alzándolo lo acerco a su cara.

"Liz querida, coge fuerte al pequeño Ru, no lo vayas a soltar" Hablo Zui hacia su hija que interesada por la rara apariencia del recién nacido fue hacia el.

"Lo se madre", Hablo con un tono infantil, mientras volvía a su asiento con Ru en sus brazos.

El pequeño solo pudo sentirse triste ante la interrupción de el intentando atrapar aquella luz que colgaba en el cielo atrayéndolo.

Liz felizmente, comenzó a ver su cara de cerca, enfocándose en sus ojos de diferente color cada uno, que parecían estrellas.

"Guauuu que lindos", pronuncio en voz alta atrayendo la atención del pequeño, que estaba con la mirada desenfocada.

Ru, dándose cuenta que ya no podía jugar con aquella pelota brillante, estiro sus manos y comenzó a tocar la cara del culpable, jugando con sus mejillas y riendo de las caras que ponía al estirarlas.

Su risa atrayendo la atención de las hijas de los demás lideres, haciendo de ese su peor error, cuando menos se dio cuenta se habían reunido alrededor de el, donde comenzaron jugar con el como si fuera un peluche, haciendo que su vista girara en círculos por el entusiasmo de desprendían.

"Oye Liz, no lo tengas solo para ti, déjame cargarlo también", Cie de seis años, hija de Ben, hablo mientras hacia pucheros hacia su amiga.

"Así es Liz", Jien con siete años, hija de Dyn, hablo medio enojada.

"Ahyyyy esta bien, sosténgalo fuerte" Liz ante el reclamo de sus dos amigas de mala gana les entrego al pequeño.

Los demás que veían esa escena solo pudieron reír ante la desgracia del recién nacido.

"Oigan, sean mas cuidadosos con el pequeño Ru, déjenlo en paz" Dai de siete años, nieto de Gan, hablo, intentando liberar a Ru de las garras de esas pequeñas, pero lastimosamente no sirvió de nada porque como si fuera aire, lo ignoraron, ni siquiera lo voltearon a ver siguiendo en lo suyo, haciendo que volviera a su asiento derrotado con la cabeza gacha, siendo consolado por su abuelo.

Ni siquiera Ru se había dado cuenta del intento de salvarlo de Dai, porque en su cabeza solo estaba intentando entender como había terminado siendo el alivio del aburrimiento de esas niñas por el resto de la noche.

Pero esa noche no todo fue trágico para el pequeño Ru, porque esa noche consiguió a su primera amiga, Liz.

Seis meses después del cumpleaños numero seis de Ru

Era navidad en las tierra Lihyan la nieve cubría los caminos y los techos de las casas de un hermoso blanco, siempre se escogía de forma aleatoria en que pueblo se celebraría el fin de año y el comienzo del siguiente, en donde este año gano el pueblo del líder Kian.

Se podía ver una gran cantidad de personas entrando al pueblo que se preparaba para la celebración de fin de año desde afuera, en donde Ru, los observaba mientras la nieve le caía en cima.

'Aaaaahh ¿adonde se fue esa pequeña traviesa?', suspirando Ru pensó, hace unos minutos Liz lo había atacado por la espalda tirándole una bolá de nieve a la cabeza, la había corrido hacia las afueras del pueblo.

Un tiempo después de su cumpleaños numero catorce ella había llegado a al segundo nivel de la etapa de templado del cuerpo, haciendo que las "peleas" entre ellos se volviera mas parejas.

Pahf

una bola de nieve golpeo en su espalda donde Ru, girando la cabeza rápidamente vio a la Liz a mas de diez metros sonriéndole y sacando la lengua comenzó a correr otra vez gritándole "Ven a atraparme si puedes Ru", con una sonrisa irónica en su rostro comenzó a perseguirla otra vez, esta vez mas atento para evitar perderla de vista.

Los dos entraron al bosque frente al pueblo, riendo alegremente Liz corría rápidamente no queriéndose dejar atrapar y Ru con una mirada feliz en sus ojos la seguía, la nieve caía sobre ellos, el bosque como si tuviera vida propia y correspondiera a los sentimientos de los dos visitantes, se dejo mecer por le viento, haciendo que sus hojas emitieran sonidos suaves parecidos a una canción de cuna.

Pero no importaba que tan rápida fuera Liz, Ru ya estaba cerca del tercer nivel del templado del cuerpo, haciendo que unos minutos después la alcanzara, saltando encima de ella, empujándola sobre la nieve comenzando a rodar por el, terminando con Ru encima de ella sosteniendo sus manos encima de su cabeza y sonriendo le dijo:

"Te atrape pequeña"

"ha ha ha, a quien le dices pequeña, soy mas grande que tu Ru" Liz con voz alegre respondido, sin tratar de liberarse del agarre de el.

"Nunca aprendes Liz, pero eso me gusta de ti" Ru respondió despreocupadamente sin tomar en cuenta lo que causaría esas palabras.

Liz, tomándolo desprevenido, lo empujo hacia delante invirtiendo sus posiciones.

"Así que te gusto e Ru?, fu fu fu, quien iba a saber que aquel niño inocente se convertiría en un hablador tan dulce", hablo Liz con el rostro sonrojado y una mirada tierna.

Ru, tomado por sorpresa y sin saber responder a aquella pregunta se quedo en blanco mirando su cara sonrojada y esos ojos dulces, nunca lo había pensado a fondo, pero era hermosa, media un metro sesenta, aunque sea mayor que el, en realidad no era tan alta, solo le sacaba tres centímetros, de pelo blanco hasta la cintura trenzado, su piel tan blanca como la nieve sin ninguna imperfección en ella, ojos color rojo, la cara que una vez fue la de una niña juguetona había madurado hasta convertirse en la de una dulce joven, su cuerpo se había desarrollado increíblemente, una esbelta figura con hermosa curvas donde devén estar, con un pecho no tan grande pero perfecto para ella y ese culo en forma de corazón que despertaban oscuros pensamientos, esos hermosos muslos blancos y carnosos que daban ganas de morderlos marcándolos como su deño, con esos lindos pies adornándola y ese olor que desprendía su cuerpo solo hacia que todo fuera mas irresistibles, todo envuelto en una túnica de color blanco y morado que no se ceñía tanto a su cuerpo, pero si se prestaba la suficiente intención se podía distinguir su hermosa figura. Pensamientos y sentimientos que jamás había tenido en su vida lo inundaban dejando su mente confusa y sin saberlo, sus pensamientos se filtraban en sus ojos, haciendo que le diera una una mirada apasionada a los de ella, penetrando en lo mas profundo de su alma.

Liz tomada desprevenida por su intensa mirada, no supo como tomar la situación, era la primera que se encontraba en algo así.

Desde que lo había conocido en aquella noche, siempre le pareció un niño interesante, diferente a todos los demás y no lo decía por su color de cabello o ojos, lo decía en su actitud, siendo atrapada en descubrir que pasaba en aquella cabeza.

Como siguiente heredera al puesto de líder de su madre se la pasaba estudiando y entrenando para cumplir su papel lo mejor posible, en sus tiempos libres siempre iba a visitarlo viéndolo crecer, y su instinto no había fallado, el era diferente, mas inteligente, mas fuerte, mas dulce, su mirada seria cuando estudiaba, su voz cuando el jugaba con ella, cualquier cosa que hacia, la hacia sentir feliz y en paz haciendo brotar de mi pecho sentimientos de amor, pensaba que ese amor era el de una hermana hacia su hermanito, pero no era así.

Unos días después de su cumpleaños numero cinco, vine a visitarlo, feliz de poder verlo después de un mes y algo triste por no haber podido estar en su primera cacería, el entrenamiento de mi madre había tomado mas tiempo de lo que esperaba. Llegando a su casa, sus padres me dijeron que no estaba, pero me hablaron de donde podía encontrarlo, agradeciéndoles, salí pueblo ingresando a lo profundo del bosque que se encontraba a sus afueras, camine por un tiempo siguiendo mis instintos y hay estaba, sentado en una roca al lado de un estanque, la luz del día le pegaba suavemente en al piel, el viento soplaba y su pelo se mecía a su ritmo, esa mirada serena en su rostro mientras pulía su katana me dejaron perpleja, como el primer día que lo conocí, haciendo que una avalancha de preguntas surgieran en mi corazón, ¿Por qué su mirada estaba tan cambiada?, ¿Por qué se ve mas maduro?, ¿Es por su primera cacería?, mientras mas y mas preguntas se revolvían en mi cabeza, haciendo que mi corazón latiera rápidamente, hasta que una de ellas resonó mas fuerte que las demás, ¿Es amor lo que siento por el?, así mismo como esa pregunta trajo paz a mi alma, como una tormenta a un mas fuerte la destruyo, haciéndome recordar todos los momentos juntos superponiéndolo ante la vista que tenia delante, ¿desde cuando lo veo de esa forma?, ¿me llego la pubertad?, ¿esta bien?, ¿no soy muy mayor?, ¿el pensara de mi de la misma forma?, haciendo que de nuevo me sintiera perdida en mi mente, con infinitas preguntas pero ninguna respuesta, hasta que el volvió su mirada hacia mi, sacándome de esos profundos pensamientos, haciendo que mi mente quedara en blanco y solo me enfocara en su mirada, escuche su voz, "¿Cuanto tiempo llevas hay Liz?, ven siéntate, mira el regalo que me dieron mis padres" me hablo mientras sonreía con la mano derecha palpando el piso al lado suyo, esas palabras y esas acciones que no significarían mucho para otros, para mi fue mas que suficientes para calmarme, así que cerrando los ojos para organizar mis pensamientos, decidí tomar la decisión de dejar que las cosas siguieran de forma natural su curso de acción, dejando que el tiempo aclararía mis sentimientos.

Pero con el tiempo, mis sentimientos cada vez que lo visitaba se volvían mas inestables, hasta que agobiada por no saber como debería comportarme con el, le lance una bolá de nieve, esperando a que el me persiguiera, y así fue. Esos sentimientos reprimidos hicieron que terminara de esta forma, con migo encima de el preguntándole si me amaba, con el mirándome de una forma tan apasionada, con mi corazón en caos por no saber como afrontar algo que el comenzó pero que yo había profundizado aun sabiendo que el no lo decía de esa forma, pero aun así queriendo buscar una respuesta en esas palabras dichas por el.

Tomando su mirada como una señal, Liz decidió arriesgarse y aprovechar esta situación para aclarar sus sentimientos, con una mirada y voz determinada hablo, "Se que eres mas inteligente de lo que aparentas Ru, y por eso estoy tomando este riesgo, no puedo seguir con este nudo en mi corazón, me hace daño, así que déjame preguntarte, ¿Qué piensas al mirarme?, ¿Qué quieres que sea yo en el futuro para ti?, tomate tu tiempo para pensar Ru".

Escuchando las palabras determinadas de Liz, Ru decidió pensar seriamente en su respuesta, cerrando los ojos.

'Tengo que admitirlo, antes de este día no pensaba en ella mas que una amiga, pero hoy por alguna razón mi sangre hierve cuando la veo, mi cerebro solo tiene pensamientos carnales hacia ella, sabia que nuestra raza tenia un libido alto, se dice que es mayor a la de los súcubos, pero no espere que me llegara tan joven, ahhhhhhhh, ¿La veo de una forma romántica?, ¿Qué es el amor?, ¿e sentido amor por algo?, no, lo que debería preguntarme es ¿Cuál es el sentimiento que me produce al estar cerca de ella?, es felicidad, posesividad, celos, lujuria..., pero lo que mas ciento por ella es posesividad, no quiero que nadie la mire, que nadie la toque, que sea mía, que ni la muerte pueda separarla de mi lado..., no e sentido por otras personas o cosas tal sentimiento, ¿es este mi forma de ver el amor?, ¿a ella le parecerá bien?, Ahhhhh que complicada son las relaciones'.

Mientras Ru pensaba, la expresión de Liz comenzaba a ponerse nerviosa, comenzaba a arrepentirse de haber acelerado las cosas. Donde al cabo de un tiempo el abrió los ojos, dejando su mente en blanco, hipnotizándola en el proceso como aquella ves en el estanque, pero su mirada no estaba tranquila como esa vez, por primera vez en estos seis años, vio algo mas en sus ojos que tranquilidad, en ellos había celos, miedo, lujuria, pero lo que mas se destacaba de ellos era la posesividad, donde al cabo de unos minutos todas esas emociones desaparecieron, dejando en el reflejo de sus ojos algo con lo que ella soñaba, amor, haciendo que una gran sonrisa se plasmara en su rostro y lagrimas comenzaran a correr por sus ojos.

Ru, nervioso, sin entender porque lloraba Liz, se soltó de su agarre, y acercando sus manos a su rostro donde con cuidado comenzó a secarle las lagrimas y con un tono preocupado hablo "Liz, porque lloras, hice algo mal", le dolía verla llorar.

"No.... -snif- simplemente.. -snif- me siento feliz -snif-" Respondió Liz mientras apoyaba las manos en al nieve.

"Pero si aun no e dicho mi respuesta, Fu fu fu, con que niña mas llorona estoy atrapado", Dijo Ru con la voz aliviada.

"Fum a quien le dices llorona, y Ru, ¿ya pensante tu respuesta?" Liz pregunto con una voz tierna y a la vez nerviosa hacia Ru, con esperanza reflejada en sus ojos de que sus sentimientos sean correspondidos.

Ru levantando la parte superior de su cuerpo del piso donde estaba acostado, se sentó, con ella en sus piernas, rodeándola con la mano izquierda la cintura y llevando la derecha hacia su mejilla acariciándolas, donde Liz acomodándose encima de el envolvió sus piernas piernas detrás de su espalda acercándose a el aun mas, su mano izquierda apoyándola en la mano que estaba en sus mejilla y su mano derecha moviéndola hasta la mejilla izquierda de Ru, acercando luego su cabeza a la de el hasta que la punta de su nariz toco la de el.

Sintiendo tan cerca el calor del cuerpo el uno del otro, cerraron los ojos, sintiendo con sus almas la paz y felicidad que le traía el estar juntos.

Al cabo de unos minutos, Ru rompió el silencio, haciendo que los dos se miraran profundamente.

"Liz de haber pasado tanto tiempo con migo, ya sabrás que mi cabeza no funciona de forma normal"

"Mmmm así es Ru"

"La realidad es que tengo miedo que mi forma de amar te sea repulsiva, por mi cabeza pasan pensamientos que una persona en sus cabales no debería tener"

"No tienes que tener miedo, estoy aquí para ti Ru, aceptare todo de ti, pero solo pido una cosa, ¿me la concederías?" Liz respondió con una mirada y tono amoroso.

"¿Que cosa Liz?" Ru hablo, mientras la abrazaba con mas fuerza, como si tuviera miedo que ella en cualquier momento desapareciera.

"Ámame Ru, solo te pido que eso"

"Te amo Liz, así como tu estas para mi yo también estoy para ti, si tienes algún problema, comparte la carga con migo, estaré mas que dispuesto a ayudarte para afrontarlo juntos"

Con una gran felicidad inundándola por las palabras de Ru, Liz beso sus labios, aunque tomado desprevenido Ru le devolvió el beso, saboreando los labios del otro, separándose después de unos minutos pararon tomar aliento, donde Liz hablo.

"Yo también te amo Ru, así que te dime lo que tengas en tu cabeza, cuéntame tus pensamientos yo también te contare los míos"

Apenas Liz había terminado de hablar, Ru con suma felicidad y lujuria se abalanzo de nuevo a sus labios, eran tan suaves y sabrosos como la miel, de un color rojo que lo incitaba a no separarse de ellos, sus manos comenzaron a recorrer su cuerpo haciendo que soltara pequeños gemidos que le endulzaban el alma, creando una necesidad en el de escuchar mas de aquella dulce melodía que salía de la boca de su amada, soltando sus labios para dejarla retomar el aliento y escuchar mejor sus gemidos, donde sin dejar de besarla, bajo de sus labios hasta su cuellos donde comenzó a chuparlo y morderlo, queriendo dejar marcas en el para afirmar su dominio en su cuerpo y alma donde Liz felizmente recibió su amor, abrazándolo mas fuerte con sus piernas y llevando sus manos hacia su cabeza empujándolo aun mas en su cuello, queriendo que el se funda con su cuerpo aun mas.

Ese día, solo la luz de la tarde que los iluminaba, la nieve que caía sobre ellos y los arboles que adornaban esa escena con sus hermosas melodías producidas por sus hojas al mecerse con el frio viento del invierno, fueron testigos de la unión de sus dos almas en un amor eterno.