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Chapter 70 - El monstruo

Rápidamente rasgue mi ropa para hacerle un torniquete en el brazo a Emi.

-Hika... huye... estaré bien, estas apretando muy fuerte Hikaru duele... mi amor huye, necesito que te alejes de aquí...

Emi me sonreía, pero era muy difícil de ver en el estado que estaba.

-No te voy abandonar, te amo Emi... Maldito monstruo, Hide, te voy a ser pagar toda las mierdas que hiciste.

-No Hika, no puedes contra él... devuélvete...

Aki intento agarrarme el brazo para detenerme, pero no tuvo éxito, simplemente me atravesó.

Sin pensar corri hacia él sin ningun plan, di un pequeño salto para que mi golpe tuviera un poco más de peso, pero de un segundo a otro, el rostro excitado de Hide paso a uno de aburrimiento, con un solo movimiento de su brazo, el me hizo atravesar varios pisos hacia arriba.

En el lugar donde estaba yo ahora habia un manchón de sangre.

-Hikaru...

Emi comenzó a llorar y gritar.

-Me las vas a pagar adefecio... te voy a matar...pedazo de mierda.

Emi se le vantaba apenas, pero miraba con total odio a Hide.

-Pero porque tan ofensiva querida, no es mi culpa que el enano sea un debilucho...

Aki pego el grito más fuerte que alguna vez la habia escuchado, todo el edificio comenzó a temblar, una fuerte onda expansiva emano de ella que incluso hizo retroceder a Hide, una masa oscura como de alquitrán cubría el cuerpo incorpóreo de Akari, hasta el punto de cubrirla entera, lo único que se podía diferenciar en esa masa negra eran dos círculos blancos que hacían de ojos.

-Pero querida que cosa más grotesca, pero interesante eres, dime cómo logras juntar tanta oscuridad, que principio de ley ocupas...

No mejor no me digas quiero averiguarlo...

De la mano de Akari se formó una especie de látigo negro repulsivo, que con un solo movimiento de su brazo le dio de lleno a Hide haciéndolo atravesar varios pisos hacia abajo, Hide al fin había provocado un grito de dolor proveniente de su boca, le había proporcionado un golpe tan duro que no se supo nada más de el, pero Akari no sé detuvo cada grito inteligible que lanzaba hacia estremecer el edificio entero, ella se llevaba las manos a la cabeza mientras se retorcía.

-¿Como es que estoy vivo?

Toca un poco de sangre por la boca, Hide hizo que atravesará tres techo de concreto, me tuvo que haber aplastado el golpe que me dio.

-Carajo, estúpido, ¿dime en qué mierda pensabas Hikaru?

Me gire para ver qué me hablaba...

-Colmillos.

-Si, tu superhéroe de turno... Cómo duele esto, si no hubiera resivido el golpe por ti enano estarías muerto.

Colmillos se levantó del suelo, cuando lo hizo, pude ver claramente como sus costillas volvieron a su lugar de origen, cosa que fue asquerosa de ver, pero me había salvado, no me iba a quejar de esto.

-Gracias, hablo enserio... ¿Que fue eso?

Escuché el grito de Akari tanto como vi la sacudida de todo el edificio.

Colmillos se asomó al borde del agujero por el que pasamos juntos debido a que interfirió justo con el golpe de Hide metiéndose entre medio.

Colmillos vio como Aki abatió fácilmente a Hide.

-Lo lamento Hikaru... Pero Akari perdió todo el control... Créeme amigo yo... No quiero hacer esto... Pero si no lo hago ella nos tirará el edificio encima, perdóname por lo que tengo que hacer.

-No, detente ... Ahh...

Cuando logré levantarme del suelo, asunto que fue un completo sufrimiento hacerlo, Colmillos había saltado hacia abajo, me acerque hacia el agujero con mucho dolor, tanto que me salían lágrimas, escuchaba mis costillas crujir por cada paso que daba, hasta que pude asomarme, pero lo que vi era horrendo sabía que esa cosa negra era Aki, ya que era parecido a la vez que casi se convierte cuando estabas luchando contra Matsuo.

-H..i..ka..ru... Gritaba Aki con dolor o al menos eso parecía en esa voz monstruosa que salía de su boca.

Colmillos había caído delante de ella, giro la cabeza para ver a Akimoto.

-¿Te encuentras bien Melocotón?

Ella apenas asintió mientras su cuerpo aún tiritaba por haberse encontrado a Hide.

-Descuida mi niña terminaré con esto y te llevaré junto a Sonar y ahí...

-Hikaru!

Akari movió su extraño cuerpo, unos de sus brazos se estiró como látigo atacando directamente a Colmillos, un ataque incluso tan veloz que ni Colmillos pudo esquivar, el golpe como tal tuvo tanta envergadura que ocasionando un agujero que daba hacia el exterior.

Dónde antes estaba Colmillos ahora solo quedaba un pie mutilado junto con un manchón de sangre.

Akimoto grito desespera, para sus ojos solo vio moverse a Akari y de un parpadeo a otro dónde debía estar Colmillos ahora solo quedaba un pie, ella no comprendía muy bien que sucedió, pero entendía muy bien que el pie ensangrentado que estaba frente a ella era su amigo.

-Hikaru. -Volvía a gritar, con cada grito el edificio se estremecía, iban naciendo nuevas grietas en las paredes por cada movimiento que surgía por la culpa de Aki.

-Akari... Soy, yo tu hermana...Emi... Supongo que esto no era como queríamos vernos en nuestra primera vez... Pero las cosas nunca salen como quieras... No sé dónde está Hiakru... Pero de seguro está... Bien... Disculpa creo que me quede algo inconsciente, así que no se porque estás así... Pero si se que el está bien... Eso lo presiento... Mi niña.

Hikaru. - Volvía a gritar.

Aki estiró su brazo, su mano se abrió y extendió como si fuera una enorme masa que envolvió y apretó a Emi.

-Aki... Detente... Mi brazo duele mucho... Te aseguro que saldremos de esto...

-Emi...¿que hiciste amor?... Tu … Colmillos... Yo falle... No pude protegerte Pero voy a traerte de vuelta.

Sin pensarlo me arroje por el agujero.

-Aquí estoy Aki!

Me había dejado caer para caer con mi cabeza sobre ella.

La masa negra que era Akari ahora miro dónde yo me había arrojado, de su cuerpo salieron un montón de tentáculos negros que detuvieron mi caída dejándome frente a ella.

-Aki soy yo cariño... Estoy bien.

Uno de los tentáculos me acariciaba la mejilla, con el brazo que no tenía sujetado hizo lo mismo con ella.

-Hikaru...

-Si cariño soy yo mi amor, estoy aquí, necesito que sueltes a Emi, ella está sufriendo.

Lentamente Aki estaba respondiendo a mi voz. Ella muy despacio dejo a Emi en el suelo liberándola.

-Hikaru hay que calmarla o si no el edificio nos vendrá encima y tenemos que traer devuelta a nuestra niña.

-Descuida Emi, estoy en ello, ponte en un lugar seguro... Aki yo

-Lo haría se Aki me soltara...

-Mierda...Estoy bien tienes que relajarte, solo pon tu mente en blanco... Te juro que todo está bien Aki.

Sentí como un disparo paso cerca mío, atravesando a Aki sin ocasionarle daño.

-Esa cosa mato a Colmillos...

-Akimoto detente, te lo suplico... Yo...

-¿Tú que Hikaru?, No puedes hacer nada, no puedes cambiar el hecho que Akari mato a Colmillos, esa cosa es una asesina.

Las palabras de Yui Akimoto me dolían, porque justo hoy tenía que tener la maldita razón, pero eso no me iba a detener.

Ignore finalmente Akimoto.

-Aki amor, mírame a mí, soy yo... Puedes acercarme hacia ti.

-¡Hikaru!

Ella me acercó hacia ella, no tuve que pensar mucho lo que quería hacer, tampoco era que se me ocurriera otra cosa.

Acerque mi boca donde creía que estaba la de Aki, cuando fui acercándome, la masa negra que envolvía su cuerpo fue abriéndose para revelar solo su boca, la bese, fue un algo muy distinto, cuando nuestros labios se unieron, una sensación de miedo y ansiedad intento apoderarse de mi, tuve que luchar mucho contra ello hasta que me perdí, nuestras mentes se conectaron por algún motivo.

Aki estaba en posición fetal repitiendo constantemente mi nombre donde miraba habían pedazos de cristales rotos gigantes que mostraban recuerdo de ellas y míos por separado, se podian ver momentos como la apuesta de ella con Akimoto, veia en otro mi recuerdo de cuando Emi me beso estando borracha, otro pedazo que pasaba frente a mi donde me daba mi primer beso con Aki, antes de que todo sucediera.

Habían uno que me llamo la atención, uno que hizo que se me volcara el corazón, Aki estaba escuchando detrás de la puerta de sus padres ella escuchaba una discusión de ellos donde la mamá le hecha a la culpa por la... perdida de su hermanito debido a todo el estrés que ella le ocasionaba por sus enfermedades, asunto del que no tenía idea, ni siquiera sabia que ella fue enfermiza, el padre discutía con su pareja, diciéndole como puede decir una cosa, así, luego de eso Aki se iba llorando del lugar.

-Asi que no era un tema que ocultara mentirosa, pero entiendo porque no quería contarlo.

Después mire otro, pero está vez era uno mío, el día en que Emi me encontró en el bosque, era bastante borroso, pero por alguna razón Emi tenía su ropa rasgada, y varias quemaduras, yo estaba desnudo también con quemaduras más leves, yo debía tener unos 11 años y Emi 13, no era algo que me gustaría volver a ver.

Me acerque a Aki, antes que nada la abrace.

-Aki estoy aquí, sano y salvo... Bueno más salvó que nada.

Ella seguía repitiendo mi nombre sin siquiera mirarme.

Agarre su rostro, estaba helado como témpano, la obligue a mirarme, su ojos estaban totalmente perdidos en la nada.

-Aki, soy yo, no te hagas esto, yo te necesito... Se que contigo puedo lograr cosas que normalmente por mi solo no puedo, yo te llevo mintiendo todo este tiempo no soy alguien fuerte sin ti, yo no puedo salir adelante, tu, Emi, Asuna y Marcus son las mejores cosas que le han sucedido en mi vida te lo suplico mírame Yo...soy una farsa...

Mis lágrimas caían de mis ojos como si hubiera abierto una llave de agua.

-Hubiera sido más feliz si solo me nombrabas a mi.

-Aki...

Abruptamente levanté mi cara para verla, ella me abrazo en el acto.

-Tenia mucho miedo Hikaru yo pensé que te perdí...

-Todo está bien Aki.

Yo la bese cerrando los ojos, cuando volví abrirlos estaba junto a ella en el edificio, Aki había recuperado su forma normal y al menos de momento podía tocarla y ella a mi.

-Bienvenida de vuelta Aki.

-Hikaru... No vuelvas hacer una estupidez como esa.

-Si cariño...

Escombros salieron volando para todos lados, algo gigante había atravesado el piso.

Cada uno de los que estábamos ahí quedó mudo, volviendo a estar en una pesadilla.

-Acaso se olvidaron de mi niños, su querido Señor Hide volvió para seguir con nuestro danza.

Ese monstruo se reía de manera lunática y desagradable.