Parte 1 - El grato dolor
Tempranamente comenzó a caer nieve, eso hizo que me apurara. La casa de Asuna estaba a unos 40 min de la mía caminando, así que aproveche de apurar el paso, el dolor de mi herida había comenzado a ser algo desagradable, pero tenia que acostumbrarme, sobre todo porque no le he dado el descanso que debería.
Como cambiaron tanto nuestras vidas, yo solo quería poder vivir una vida tranquila con Aki, mis amigos y Emi... todo se fue al caño.
Sin darme cuenta ya tenia mis dedos sobre mi labio, había algo que me molestaba bastante porque no lo comprendía, mis sentimiento tanto para Aki como Emi no han cambiado para nada, Aki es mi novia, la amo de una manera que creo que no debería ser normal, y a Emi la amo como la hermana que me crio, como amiga, consejera y madre, pero porque me gusto tanto ese beso, acaso yo también estoy mal, como Emi... no por mucho que me lo pregunte no la amo de la forma que lo hago con Akari, pero ese beso, ni siquiera pueda ser claro con lo que siento... rayos.
Con todo el lio mental, sin darme cuenta me había pasado por una cuadra de la casa de Emi, incluso la nieve que estaba cayendo del cielo era mucho más densa, tenia el pelo y los hombros mojados.
Como me había dicho el señor Marías por teléfono, la puerta de la cocina estaba abierta, la casa de Asuna la conocía bastante, era de un solo piso, pero era grande comparada con las casas normales de la ciudad, me acerque a su habitación, en el pasillo siempre había una foto que me daba cosa, no se porque, pero era foto de Asuna con su Padre en el lago, pero la foto estaba cortada, se lograba ver el vestido de nunca mujer, pero lo que me daba cierta cosa, era que la había cortado con la mano, como si lo hubieran hecho con rabia.
-¿Quien anda ahí? ¿Papá? - Dijo Asuna tras la puerta con voz desanimada.
-Asuna soy yo Hikaru, tú papá me dejo abierta la puerta de la cocina para visitarte.
-Hikaru, Akari, gracias por venir, pero lo lamento, váyanse necesito estar sola...
Me imaginaba de cierta manera esta reacción, talvez conseguimos que Asuna no viera sangre gracias a Marcus, pero sabia que había muerto Matsuo.
-Asuna vine yo solo sin Aki, quiero hablar con mi amiga, ¿saber como estas?
-Viniste solo... estoy bien, enserio, pero quiero estar sola, podemos hablar otro día Hikaru, no quiere que nadie me vea.
-Si ese es el problema, podemos hablar desde aquí, sin necesidad de vernos.
Me senté en el suelo apoyando mi espalda en la puerta de la habitación de Asuna, no escuche ninguna palabra de ella.
-Conejita, quiero que sepas que nada de lo que sucedió es tu culpa, ni siquiera de Colmillos, el nos salvo la vida... la culpa la tuve yo al no saber que hacer...
Aunque no pudiera verla estaba segura, que Asuna estaba en su cama en una esquina, nunca supe el motivo, pero siempre que era superada por algo buscaba o una esquina o un lugar pequeño para protegerse.
-Si se que no tengo la culpa... ni tu ni nadie, ni siquiera la del chico guapo... yo solo fui una inútil yo les falle Hikaru.
Admito que solo quiero enfrentarla por ocultarnos que sabia lo de Akari, pero no podía hacerlo, por muy defraudado que me sintiera con ella, me dolía saber que estaba mal.
-Que dices tonta, no le fallaste a nadie, incluso me protegiste 2 veces contra Matsuo cunado yo no pude hacer nada contra él, soy yo el que fue un inútil, incluso un tonto por arriesgarlos a todos, es solo que pense que si todos estábamos juntos podíamos lograr lo que quisiéramos, pero me equivoque.
Parte 2 - La guarida de la coneja
-Y luego dicen que yo soy la inocente... es una linda manera de pensar, pero la verdad de las cosas que la realidad difiere mucho de lo creemos Hikaru.
Asuna abrió la puerta sin que sintiera que se acerco a ella, inevitable mente caí de espaldas, curiosamente Asuna estaba con un pijama de conejita de color negro de cuerpo completo, el pijama acentuaba muy bien la curvas de Asuna, incluso hacia que su voluptuoso pecho se viera más grande de lo que la era, cosa que me era imposible de creer.
Me levante para no parecer un tonto, Asuna dio media vuelta y se acostó nuevamente, la pieza era un desastre, había ropa por todos lados, apenas di unos pasos pise un sostén gigante de copa E, lo que me ruborizo.
También habían vasos y platos vacíos sobre su mesa de dormí, hasta encontré un paquete de nachos extra gigante con polvos de queso a medio comer.
-Siéntate en mi silla, es cómoda.
Los ojos de Asuna estaban algo hinchados, además las ojeras que tenia estaban casi moradas.
Me senté donde me dijo topándome ahora con otro sostén y unas bragas.
-Hay ropa interino tuya en la silla Asuna.
-Son las que ocupe anoche, solo agárralas y déjala donde quieras.
Con mucha vergüenza y apenas tocándolas con la puntas de los dedos deje su ropa interior sobre la mesa, si no me hubiera dicho que las había usado no hubiera sido tan quisquilloso.
Finalmente me senté, me di cuenta que estaba viendo una pelicular, la reconocía era la famosa pelicula de los 60 Los Jinetes Fantasmales, era una de mis peliculas favoritas.
-Voy a ser directo Asuna... ¿Cómo puedo ayudarte?
-Siendo mi novio, te aseguro que eso me animaría.
-Sabes bien que no puedo hacer, eso, ¿otra cosa?
-No creo que puedas hacer nada Hikaru, lo de ser mi novio esta vez lo decía en broma, aun así duele el rechazo, pero te conozco Hikaru, puedo creer que vengas a saber como estoy, pero llevas esa cara de mal humor desde que entraste, así que señor odio ¿a qué te molestaste en venir?
-Asuna realmente vine por ti, por saber como estas, tengo pensado dejar la otra conversación para cuando estés mejor de lo de Matsuo.
El solo hecho de haber mencionado lo del profesor le dio un escalofrió.
-Yo no fui, no hice nada. - Ella grito.
Asuna incluso se agarraba la cabeza.
-Conejita, tranquila se que tú no lo hiciste, ese fue Colmillos.
-Lo lamento, ignora eso, adelante Hikaru, a qué vienes en realidad. - decía medio ida.
El rostro de Asuna era un manojo de Ansiedad, incluso le tiritaba el ojo.
-Asuna tu sabias todo desde el principio no, me refiero a lo de Aki, curiosamente nos hablaste del collar y la daga y resulta que tus locas teorías resultaron ser verdad, no crees qué es mucha coincidencia.
-¿Acaso crees que yo la mate, o que tengo algo que ver?
-Al inicio lo pense, pero estoy seguro, que si fuera eso no nos hubiera ayudado, además me niego a pensar que tú...
-Hiakru abre el cajón de mi cómoda... ahí tendrás la respuesta.
Le hice caso, abrí el cajón dentro del desorden había un tuvo de unas pastillas.
-¿Sabes lo que es Hikaru?
-No, Asuna la verdad no tengo idea.
-Son pastillas para la salud mental.
Cuando me dijo eso quede en blanco.
-Así es Hikaru, lo que decían todos en la academia de ser la rara, una loca, pue eso soy - dijo con mucho dolor.
-Asuna para mi nunca vas a ser eso, puedo decir que a veces eres detraída, torpe, y algo infantil, pero eso es lo que me gusta de ti, esas pastillas para mi no cambian nada, además ¿no sé que tiene que ver con lo que te pregunte?
-No voy a contarte todo porque no quiero recordarlo, así que escucha bien, cuando era niña tuve que ir al psiquiatra por que supuestamente tuve un ataque de psicosis...
A Asuna le costaba mucho hablar.
-Tranquila...
Me acosté al lado de ella para abrazarla, ella prosiguió con lo suyo en llantos.
-Yo ni siquiera recuerdo muy bien lo que sucedió, pero lo mío surgió por trauma, nunca he vuelto a tener un episodio como ese en mi vida, así que te pido que no pienses que estoy loca, porque no lo estoy.
-Ya te lo dije, nunca he pensado eso, y ahora tampoco lo pienso.
-Me recetaron esas pastillas para poder calmarme cada vez que me viene mi periodo... lo que quiero decir que en una de mis idas a visitar a mi medico, me perdí por él hospital... ahí vi muchas cosas que no me explico, pero fue cuando vi a un fantasma real por primera vez en la vida, era increíble, como niña estaba emocionada, alcance a leer algo en una computadora, en ella desea proyecto Spectre, la información narraba que ocupaban una daga y un collar para poder verlos, igual que en esas dos peliculas, pero yo veía al fantasma sin nada de lo que decía ahí, nadie se había percatado de mi hasta entonces, seguí viendo un poco más ese extraño lugar... lo ultimo que recuerdo fue ver a una mujer con bata blanca. Duérmanla dijo.
Asuna había estirado su mano como si realmente la estuviera viendo.
-Por su puesto nadie me creyó, bueno mi papá si lo hizo, así que cambiamos de ciudad y llegamos a vivir a Arekkaido, luego continúe mi tratamiento aquí, esa es la historia de Asuna la loca.
Agarre la mano estirada de Asuna.
-Perdóname, yo... soy un mal amigo, pense que nos habías traicionado, estaba furioso, incluso Aki no quiso creer en lo que había pensado, ella confía en ti, pero yo... últimamente me comporto como un cretino bueno para nada.
-Eres bueno en algo Hikaru, pero tu nunca te das cuenta de ello, tú logras que las personas que estén alrededor tuyas sean felices.
-Eso no es cierto, lo único que he logrado en este ultimo tiempo es pelarme en varias ocasiones con Aki, incluso con Emi, y desconfié de ti, no me siento que sea alguien que pueda hacer feliz a las personas.
-A mi si me haces feliz, estoy muy segura que a Aki y a Emi también lo haces muy feliz... tonto te conté toda mi historia y no dudaste en nada de lo que dije.
Asuna me abrazo con mucha fuerza por el cuello, yo hice lo mismo.
-Hikaru porque no me acompañas a ver la pelicula, y continuamos luego esta conversación.
-Como tu quieras Conejita.
-Shiii... quería apoyarme en ti, pero te hare daño... ven apóyate tú en mi... no hay problema si quieres hacerlo en mi pecho o en mi hombro, te dejo que escojas.
Asuna había vuelto a ser la misma chica que conocía, aunque se estaba esforzando.
Me apoye en su hombro, mientras pase mi brazo sobre los de ella.
-Aburrido.