Primera parte – Sin derecho a opinión.
Ohhh, tu casa está frente una plaza, podemos pasar, Hikauri.
La plaza de las nueve estaciones, es una pequeña plaza de mi barrio que se encuentra justo en frente de mi casa, casi pase toda mi niñez ahí, lo especial de esta plaza es que colinda con el bosque, así que se ve mucho más grande de lo qué es.
-Me gustaría, pero me estoy congelando, te prometo que te traeré otro día.
-¿Promesa, promesa?
-Prometido.
-La plaza de las 9 estaciones, ¿por qué tiene ese nombre?
-El nombre es algo vergonzoso la verdad, mi madre... bueno ella me conto cuando era niño que los adolescentes venían a esta plaza... a bueno ya sabes... a eso.
-¿Perdón no te entiendo?
-Venían a tener... relaciones... relaciones de ese tipo, entonces muchas mujeres terminaron embarazadas, cuando la reconstruyeron hace 20 años los vecinos le cambiaron el nombre al que dice en el cartel que leíste.
Ella estaba levemente sonroja, de hecho, me gustaba verle así, cuando sus mejillas se sonrojan combinan con su pelo carmesí.
-Sabes... ahora me dieron... más ganas de ir a la plaza... contigo.
-Akari vamos de inmediato.
-¿Pero no tienes frío?
-Con lo que me acabas de decir se me paso el frío.
Ella se rio.
-Tontito anqué fuéramos no podríamos hacer nada.
Ahhhhh, no me hagas esto.
-Me gustaría poder sentí el frio como tú... no me estoy quejando es que extraño algunas cosas.
Ella cambio drásticamente el tema.
-Akari, tal vez no puedo hacer que sientas las cosas con tu tacto, pero me voy a asegurar de que al menos tu corazón si pueda sentirlos.
-Te lo ruego.
-!!Hikaru¡¡, nos llamó el director, dijo que el día de antes de ayer lo empujaste, además no asististe a ninguna clase el día de hoy, pero que se supone que está haciendo con tú vida...
Le digo esas palabras a Akari y lo primero que me encuentro al entrar a mi casa es a mi madrasta molesta, retándome enfrente de mi novia, por favor llévenme ya.
-Con tú padre no esforzamos todo lo posible para que estes en la mejor academia de esta región, pero tu estas desperdiciando tu oportunidad...
Por mucha vergüenza que tuviera, en el fondo ella tenía razón, deje que todo lo que me sucedió me afectara olvidándome de mis responsabilidades, pero ella no sabe por lo que pase, y ahora la responsabilidad que tengo con Akari es más importante que los deberes de la academia.
-Niño que vamos hacer...
Me incline levemente.
-Tienes razón, me asegurare de que no vuelva a suceder, también mañana le pediré disculpas al director.
Mire de reojo a Akari, por lo visto ella se estaba divirtiendo con la situación.
Mientras me disculpaba escuche unos pasos por la escalera.
-Hikaru, no necesitas pedir disculpas, levántate.
Mi madrastra se giró sorprendida.
-Tengo que corregir la mala conducta de Hikaru, Emi.
-Camila tú no tienes ningún maldito derecho de retarlo.
-Emilia explícame porque tu madre, no tienen ningún derecho de corregir la mala actitud de tu hermano.
No esto se va a poner feo...
No me había percatado, pero mi padre que era extraño que se encontrara a esta hora en la casa, estaba en el comedor leyendo el diario la Atómica de Chipón.
Mi padre se llama Anton Nishimura (45), es un nombre que el tiempo lo ha tratado mal, se veo mucho más mayor de lo que es, su pelo es totalmente blanco por las canas, su expresión severa en el rostro es el único recuerdo que tengo de él cuando me lo imagino.
Akari que veía lo que sucedía paso de divertirse a sentirse incomoda por el reto, creo que ella sentía que no debería estar viendo esa discusión familiar.
-Quieres la maldita respuesta, es simple primero ella no es nuestra madre, segundo deberían preguntarle primero que paso en vez de llamarle la atención...
Obviamente Camila se había sentido por las palabras de Emi.
Pero lo siguiente que paso a cabo con mi paciencia.
Mi padre dejo el diario en la mesa, se levantó y le pego una cachetada a Emi.
-Desde ahora vas a tratar con más...
Agarre el florero que estaba en la entrada y se lo lance cerca de rostro de mi padre, pero mi mala puntería hizo que solo pasara por al lado de su cara estallando en mil pedazos cuando choco contra la muralla.
Emi dijo mi nombre mientras se sobaba el golpe que recibió en su mejilla.
-Como te atre...
-¡¡Cállate!! Si hay alguien que no tiene un puto derecho en esta casa eres tú, considero que Emi se equivocó en la manera que trato a mi madrastra, pero tú con qué derecho te atreves a golpearla, tú maldito desgraciado nos abandonaste igual que nuestra madre, tú tuviste que habernos criado, y la que se tuvo que hacer cargo de tú ineptitud, fue Emi, ella tuvo que hacer el papel de madre, padre y hermana cuando tú solo lloriqueabas porque te abandonaron, olvidándote de tus hijos.
Estaba furioso al punto que no me importaba nada, quería golpear a mi propio padre.
Las palabras que le dije tuvieron el efecto que esperaba no había que ser adivino para saber que se sentía pésimo.
-No seas injusto hijo.
-Injusto, hablas de injusticia, déjame decirte que fue injusto, no haber apoyado a tú hijo que había caído en poso de desesperación por que su madre lo abandono, injusto es que Emi en vez de estudiar tuvo que sacrificarse para criarme, mientras siendo menor de edad buscaba trabajo, ya que tú fuiste incapaz de hacer algo por 2 años, injusto es que Emi ni siquiera pudo ir a la universidad, porque nuevamente decidido sacrificarse para que yo fuera a una mejor escuela, y esa es la manera en que le agradeces por hacer tú maldito trabajo, golpeándola bastardo. No la vuelvas a tocar jamás.
Me acerque a él para golpearlo, pero antes de que llegara Emi me agarro del brazo y me llevo a su pieza, Emi estaba feliz.
Akari no dijo ninguna palabra mientras discutía con mi padre, ella nos siguió.
Parte 2 – Vibra
Emi tenía una sonrisa de oreja a oreja, como siempre estaba con poca ropa cuando estaba en casa, lo que nunca me dejaba de sorprender por el frío que siempre había en esta ciudad, ella ahora llevaba una polera ancha que ella misma había cortado con una tijera para que el largo de la polera apenas cubriera su pecho, también llevaba puesto un short negro con líneas blancas muy corto.
Akari se sentó al lado mío como era obvio nadie de la casa podía verla.
Yo estaba muy avergonzado por todo lo sucedido con mis padres y ahora tenía que sumarle la vestimenta de Emi a la ecuación.
-Tu hermana siempre anda hacía por casa.
Por lo visto Akari también esta nerviosa.
Obviamente no podía responderle sin que mi hermana me preguntara a quien él estaba hablando, así que me limite asentir.
-Hikaru estuviste genial, no sabes lo feliz que me hiciste cuando me defendiste.
-No podía permitir lo que te hizo nuestro padre, tú no te mereces ese trato, menos de él, pero creo que te pasaste con nuestra, digo con Camila.
Ella me pego con sus dedos en la frente.
-Auch
-Si, pero yo no fui el único que se le fue la mano, rompiste mi florero favorito, además ¿ibas a golpearlo?
-Si, perdí el control
No fui capaz de mirarla a la cara, tampoco quise mirar Akari.
-Sabes a mí me gusta esta parte rebelde tuya, nunca la pierdas, pero si deberías bajarle al menos un poco la próxima vez, más que mal ese hombre es nuestro padre, y si te paste con él.
No sabía si estaba llamándome la atención, o no, porque todo me lo decía con una sonrisa en la boca muy orgullosa.
-Yo también creo que estuviste genial a defender a tu hermana, aunque no conozco de todo lo que hablaron.
No me di cuenta de en qué momento Akari se había levantado, ahora se encontraba detrás de Emi, mientras curioseaba por su cuarto.
De repente el celular de Emi sonó, ella lo reviso, puso mala cara.
-Que mal mañana tengo doble turno.
-Te queda poco solo aguanta hasta el fin de las vacaciones del otro año y podrás ir a la universidad.
-Supongo que tienes razón.
Akari se puso a revisar un cajón de la cómoda de mi hermana que estaba abierto.
No sabía que Akari podía ser tan curiosa, o tal vez se está aprovechando de que no la puedan ver.
-Hikaru, escúchame.
-Si Emi.
-Estoy pensando en mudarme, realmente ya no soporto la situación en esta casa.
Me levante sin dudarlo.
Emi por favor no me de...
Pero que voy a decir, no puede dejar que ella se siga sacrificando por ti, anímala.
-Lo lamento hable sin pensar si eso es lo que quieres yo te voy apoyar.
Reamente no quería que ella se fuera de la casa.
-Déjame terminar, ¿si me mudo te gustaría irte a vivir conmigo?
La propuesta de Emi me había alegrado el día.
-Me encantaría.
Emi se levantó, me agarro por los hombros.
-Enserio quieres venirte conmigo.
-Si por supuesto.
-Entonces está decidido, aunque tendremos que esperar un tiempo aun no tengo el dinero para poder mudarme, pero pronto lo tendré, quería dejarlo como una sorpresa, pero en 2 semanas me van ascender en la empresa, si junto el dinero por unos 4 meses, más lo que tengo podremos mudarnos.
-Me alegro por ti, pero ¿qué va a pasar con lo de ir a la Universidad?
-Nada, simplemente tendré que esforzarme más, ya no quiero ir a estudiar a la capital, decidí ir a la Universidad de Punta Arekkaido, a estudiar periodismo, mi jefa me dijo que, si saco la carrera me ascenderá nuevamente como periodista, siempre y cuando demuestre que puedo hacer bien el trabajo como su asistente.
-Eso es increíble.
De la emoción abrase a Emi, abrazo que fue bien recibido, pero después de unos segundos fue interrumpido.
Se empezó a escuchar un ruido de vibración desde el cajón de la cómoda que Emi tenía abierto, mire la cara de Akari y nunca la había visto tan roja como hasta hora.
No entendí que estaba pasado.
-Emi ese no es tu celular.
Ella no me miro a la cara, pero por alguna razón estaba nerviosa
-Si...sebe...ser eso.
Me moví y noté que el celular de Emi estaba en la cama.
Que extraño
Me acerque a la cómoda. Pero Akari se interpuso.
-No...no mires ahí.
-Hermanito por favor no mires dentro del cajón.
-Tranquilas no debe ser nada...
Pese a las advertencias de las chicas, metí mi mano dentro del cajón hasta que agarré el objeto que vibraba.
Sentí como si un rayo me partiera.
¡¡Pero que mierda es... es un consolador con vibrador!!
Lo solté de inmediato
-Hikaru... cuando te digo que no, es no.
Sentía el aura demoniaca que emanaba Emi a mis espaldas.
-Yo, yo, yo, yo perdono, no quise... meterme en tu privacidad.
Ella me cacheteo la cara, y me saco de su pieza.
-Pervertido.
Intente decirte que no te metieras.
Tú lo activaste no es así, Akari.
-Si, pero fue un accidente, en serio, me causo curiosidad que era y cuando lo toque lo active.
-Ya veo
Me tiritaba el ojo de coraje, mientras me sobaba la cara.