Martes 17 septiembre del 2016.
Lloviznaba
Las clases en la universidad Stanford de California comenzaban.
Alex Campbell un joven de 19 años se preparaba para su segundo semestre en dicha universidad.
Caminaba por el pavimento mojado mientras sostenía un paraguas de color negro, las gotas de lluvia caían ligeramente mientras el viento rozaba por las mejillas de Alex, una gotas de lluvia cayeron por su rostro ya que el viento soplaba muy fuerte.
Tres cuadras antes de llegar a la universidad recibe una notificación de un mensaje escrito por su hermana, el cual decía "no estaré en casa hoy, saldré a cenar con mi novio, en la mesa queda dinero, puedes pedir un delivery para tu cena , te amo"
Sin darse cuenta se distrajo en su celular, y no se percato que una hermosa joven de vestido violeta, cabellos rojizos y ojos marrones iba por esa misma dirección, en un abrir y cerrar de ojos chocaron entre si.
— Discúlpame, no te Vi pasar .
— Disculpame tu a mi, no te vi pasar, estaba algo distraído en mi celular.
— No te preocupes solo procura tener más cuidado la próxima vez.
Aquella hermosa chica se alejo caminando, mientras Alex observo detalladamente su cabello.
Si corazón latía muy rápido debido a los nervios que sintió en ese momento, siguió caminando hasta llegar a la universidad.
Entro por los pasillos de la universidad, mientras cerraba su paraguas y guardaba su celular, la alarma de entrada a clases había sonado y todos estaban listos para entrar a sus nuevos salones, entro rápidamente hasta la parte de atrás y avanzo hasta un pupitre, en un momento menos pensado una chica de largos cabellos negros, piel pálida y ojos marrones pequeños se acerca hacia la parte de atrás.
— Hola soy nueva, ¿Te importa si me siento aquí?
— Hola, no te preocupes , puedes sentarte allí.
La joven de hermoso rostro y mirada encantadora procedió a sentarse en el pupitre.
— Hola, soy Stella Carpenter, disculpa la molestia.
— Hola, soy Alex Campbell ¿Eres nueva en la universidad, verdad?
— Si de echo soy nueva en la ciudad y me mudé hace dos semanas, por negocios familiares, solía vivir en un pequeño pueblo en Texas.
La química entre ambos surgió muy rápido, pasaron hablando todas las horas de clases, la alarma de salida sonó y todos los estudiantes salieron de sus salones, al salir de clases la lluvia parecía no detenerse, muchos se quedaron en ka universidad esperando que la lluvia se detuviera.
— ¿Estella te acompaño a casa? Traigo conmigo un paraguas.
— ¡No! Mi mamá ya debe estar por llegar, no te preocupes.
Alex abrió su paraguas
Y se despidió de su nueva compañera, tres cuadras más adelante, caminando hacia su casa una camioneta blanca y de vidrios oscuros se detuvo repentinamente. Un hombre calvo y gordo bajo los vidrios del carro, el cual iba acompañado de una mujer rubia y de ojos verdes.
— Hey, Ollé muchacho ¿Conoces algún bar café, que quede cerca de aquí? Mi esposa y yo, queremos beber algo.
— !Si! De dos vueltas hacia la derecha y una cuadra más adelante encontrara un bar café.
— ¿Puedes subir e indicarnos? Por favor.
Después de escuchar esto, Alex tomo precaución ya que todas las señales indicaban que no eran buenas personas, empezó a correr Pero aquellas personas de la camioneta lo comenzaron a seguir
— ¡Vamos muchacho! Sube a la camioneta
Alex comenzó a correr lo más rápido que era posible, dejo su paraguas y siguió corriendo hasta llegar a un pequeño lote baldío, dónde logro esconderse.
Habían muchos escombros y unos pocos arbustos, en los cuales se escondió, la lluvia no se detenía, la cual le ayudaba a que las personas que querían hacerle daño no escucharan su respiración tan agitada.
Esos tipos se bajaron de la camioneta, y al parecer tenían los ojos puestos en Alex.