Dean miró a la mujer que no había hecho nada más que quejarse desde el momento en que puso el pie aquí.
Ella y su nuera parecían no saber nada, pero solían afirmar como si fueran ellas las que dirigían MSin.
—Cada sucursal es diferente, señora. Se supone que debemos seguir las órdenes dadas por el señor Joseph o el señor Sinclair —dijo con estoicismo.
—¡Bien! —levantó un hombro con estilo—. ¿Puede pedirle al equipo del evento que se reúna en la sala de conferencias? Necesito conocer todos los detalles al respecto.
Dean quería golpear su cabeza contra la pared más cercana, —Señora Sinclair. Usted asistió a la presentación la última vez —señaló, pero ella comenzó a negar con la cabeza.
—Necesito conocer la planificación individual, Dean. Solo reúnelos. ¿Ok? —Le dio una palmada cariñosa en el hombro y se dirigió a la oficina que Dean le había asignado la última vez.
Todavía podía escuchar el clic de sus tacones en el pasillo.