Rafael, quien estaba hablando con sus ejecutivos sobre un informe, dejó de hablar y levantó la vista frunciendo el ceño.
—¿Qué sucede? —se levantó de la silla y rodeó el escritorio para acercarse a ella, ignorando por completo a los otros tres hombres sentados en su oficina.
—¿Está bien Delinda? —le preguntó preocupado.
En su prisa, no se dio cuenta de que había colocado su mano en su brazo, —Necesitas venir afuera. Por favor.
Él examinó su mano un momento donde tocaba su brazo, —Claro.
La siguió hacia fuera y Kate se levantó de su asiento con la cara evidenciando shock. No esperaba que Marissa sacara al presidente de su oficina.
Todos los sentados se habían levantado por respeto y una pequeña multitud se había reunido en el pasillo.
—Te pido que anuncies que la señorita Kate será la jefa del evento de ahora en adelante —Rafael observó detenidamente a la mujer cansada que parecía demasiado alterada para aceptar cualquier razonamiento lógico.